A fines de 2004, tras un feroz terremoto en el fondo del mar, las olas gigantescas de más de 30 metros mataron a casi 230.000 personas en al menos 14 países, un fenómeno jamás visto.
Por Gabriel Michi
"Tsunami". Una palabra -de origen japonés- casi nunca usada se instaló en el lenguaje colectivo después de aquel siniestro 26 de diciembre de 2004. Hasta ese momento muy pocas personas sabían qué significaba eso que a partir de ese día, del que se cumplen 20 años, comenzó a dibujar en la mente de todos el peligro que ese fenómeno representaba. Y es que en aquella fecha de hacer dos décadas un tsunami con olas de más de 30 metros de altura arrasó con todo lo que encontraba en su camino y asesinaba a 230.000 personas al menos en 14 países, en especial el Indonesia. Esa marejada se había ocasionado por un fortísimo terremoto de 9,1 grados (el tercero más importante de todos los registrados en la historia mundial) en el fondo del Océano Índico. Ese terremoto desató una energía equivalente a 23.000 bombas nucleares como las que EE.UU. lanzó contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagazaki en 1945. Para muchos esta fue la peor tragedia natural de la que se tenga memoria o, por lo menos, de este siglo. Por eso, a 20 años de aquel día tan negro, cientos de personas -en especial víctimas y familiares de las víctimas- recordaron con homenajes de distintos tipos aquellas horas de terror. Estos son algunos datos de aquel episodio que colocó en la conciencia colectiva el peligro que pueden representar los tsunamis.
El terremoto de origen se generó por la tensión acumulada entre las placas tectónicas de Birmania y de India durante décadas. El fenómeno se produjo a una profundidad de 30 kilómetros y con epicentro unos 120 kilómetros al oeste de la isla de Sumatra.
El sismo ocurrió a las 7:58:52 AM. Se desató en el llamado "Anillo de Fuego", el sector más activo del mundo en esas cuestiones, donde en los últimos 150 años se generaron más de medio centenar de terremotos de más de 7 grados.
Fue el tercer terremoto más poderoso de la historia (solo por detrás de los sismos de Valdivia, en Chile, de 1960 -9,5- y Viernes Santo en Alaska de 1964 -9,2-).
Las ondas marítimas liberadas corrieron a una velocidad de entre 500 y 1000 kilómetros por hora.
La peor parte de los efectos del tsunami se la llevó la costa de Banda Aceh, en la isla de Sumatra, en Indonesia, adonde las olas llegaron apenas 15 minutos después del terremoto. En ese país murieron unas 130.000 personas.
Antes de las 9:30 las olas impactaron en las playas del sur de Tailandia, donde fallecieron 5.400 personas; también arrasaron el extremo sur de Myanmar, donde murieron otras 61. Luego alcanzaron Sri Lanka, donde dejó 30.000 víctimas fatales y la India, donde murieron otras 16.000 personas. A las 13:00 hs. el tsunami alcanzó las Islas Maldivas - inundó dos tercios de la capital y la mayoría de sus 1.192 islotes-. Y a media tarde, el agua golpeó la costa este de África, donde hubo más de 300 muertos en Somalia, Tanzania y Kenia. Las potencia del fenómeno también alcanzó, pero sin víctimas, la Isla Mauricio, Sudáfrica y hasta en la Antártida.
Al llegar a aguas poco profundas, aquellas ondas se transformaron en olas de más de 30 metros de altura que llegaron a adentrarse hasta 2 kilómetros tierra a dentro, arrastrando con ellas poblaciones enteras.
Al menos en 14 países hubo víctimas fatales por el violento maremoto, pero los más afectados fueron Indonesia, Sri Lanka, Tailandia e India. El número total de muertos fue de 227.898.
En un principio el agua de las playas retrocedió de golpe centenares de metros, dejando al descubierto el fondo marino y minutos después llegaría el tsunami que arrasaba con todo lo que encontraba en su camino.
Durante su recorrido, la onda que generaba los tsunamis era de apenas 60 centímetros de altura sobre el nivel del mar, pero llevaba consigo una fuerza destructiva que al llegar a las costas se transformaron en esas olas de más de 30 metros.
Hasta ese momento el Océano Índico no contaba con un sistema de alerta de tsunamis, por lo que la tragedia se agigantó al sorprender a autoridades, pobladores y turistas.
El tsunami de 2004 ocasionó pérdidas materiales por más de 14.000 millones de dólares.
Hubo más de 1,7 millones de desplazados. Y más de un millón de personas perdieron sus hogares.
Tras este desastre se creó un sistema de alertas de tsunamis que se activó en varias ocasiones tras los más de 70 terremotos registrados entre 2004 y el presente. Eso ha salvado miles de vidas.
A 20 años de la tragedia, muchas de las regiones afectadas no han podido recuperarse de los daños medioambientales producidos por la invasión de las aguas marinas sobre las costas. Se produjo un envenenamiento de muchos acuíferos de agua dulces y se perdieron miles de hectáreas de tierras de cultivo que aún hoy no lograron recuperarse.
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