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Alemania: La extrema derecha crece en las urnas y agita los fantasmas del pasado

Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, los ultras de AFD podrían apoderarse de una región tras liderar las elecciones de Turingia. El temor al regreso del nazismo despierta el "cordón sanitario" de otros partidos que se unirán para frenar su potencial llegada al poder.


Por Gabriel Michi


El líder de la AFD, Björn Höcke, festeja en Turingia mientras flamea un una bandera alemana con la Cruz de Hierro.

Hay fantasmas que parecían desterrados para siempre, de la mano de las atrocidades que se cometieron en nombre de ciertas ideas totalitarias y criminales. Sin embargo, cada tanto reaparecen por el surgimiento (o resurgimiento) de sectores que, con discursos incendiarios y provocadores, activan nuevamente todos los temores. Sin dudas, uno de los que más preocupa es el de esos repertorios de ideas xenófogas, antimigratorias y hasta racistas, que en muchos casos se emparentan con las etapas más oscuras de la Humanidad, como el nazismo. Y muchos más fantasmas despiertan si eso ocurre, nada más y nada menos, que en la propia Alemania. Lo concreto es que este fin de semana por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial un partido de extrema derecha quedó primero en unas elecciones regionales y, con eso, se encamina a apoderarse del Parlamento estatal: El AFD (Alternativa Para Alemania) obtuvo el 32% de los votos en Turingia, de la mano de su líder Björn Höcke, quien describió el triunfo como una "victoria histórica".


El líder ultraderechista también señaló: "Estoy muy contento. Estoy orgulloso de mi Estado... Estoy orgulloso de los muchos voluntarios que han venido a nosotros, especialmente de las asociaciones del oeste del país, y han hecho campaña aquí. Hemos logrado un resultado histórico. Por primera vez en su aún joven historia, el AFD se ha convertido en la fuerza parlamentaria más fuerte después de 11 años. Y eso me llena de un gran orgullo y satisfacción". AFD logró imponerse a la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) que cayó al segundo lugar en el Estado con el 23% de los votos.


En sus primeros movimientos post electorales, Höcke dejó en claro que crear una coalición de gobierno sin su partido "no sería bueno para el Estado", ante la posibilidad de que haya lo que se llama un "cordón sanitario" (tal es la definición que se usa en Francia cada vez que diferententes partidos se unen para que llegue al poder la extrema derecha de Marine Le Pen), algo que podrían evaluar sus contrincantes. Frente a esa posibilidad,  Höcke advirtió: "Quien quiera estabilidad en Turingia tiene que integrar la AFD". Lo cierto es que sin el apoyo de otros partidos, esta agrupación no puede gobernar en Turingia, y se sabe que no es fácil para ellos encontrar socios dado el extremismo de sus posicionamiento.


En el Parlamento federal AFD ya cuenta con 78 legisladores sobre un total de 417, es decir, alrededor del 19%. El líder del partido en el Bundestag, Tino Chrupalla, también elogió el éxito del partido en las urnas, ya que "los votantes quieren un cambio de política". Para el jefe de bancada esa ventaja de casi 10 puntos en Turingia "es un claro mandato gubernamental, que es democracia, algo de lo que siempre hablan los demás partidos. En Sajonia estamos a la par de la CDU, puede que incluso consigamos convertirnos en el partido más fuerte aquí". La referencia al vecino Estado de Sajonia, surge porque en las elecciones regionales, la CDU mantuvo una ventaja muy estrecha, el 31,9%, frente al 30,6% de la AFD.



Los seguidores de AFD suelen apoyar las posturas antiinmigratorias de sus líderes.

El tema es que ese clima de época parece ir creciendo, con una tendencia a aumentar con sus discursos antiinmigrantes que tanta aceptación vienen ganando en distintos países de Europa, incluso en aquellos en los que se creía que eso era algo ya superado dadas las experiencias dramáticas del pasado. Ahora, cuando sólo falta un año para las elecciones federales, la AFD ya ocupa el segundo lugar en las encuestas de opinión nacionales. Eso, según la colíder del partido, Alice Weidel, es una prueba de que los votantes de ambos estados quieren que su partido gobierne: "Sin nosotros ya no es posible un gobierno estable", desafió.


Aun así, los otros partidos no parecen dispuestos a dejar que eso pase y que la ultraderecha se quede con el poder. El ministro presidente de la CDU para Sajonia, Michael Kretschmer, dijo en Dresde que su partido estaba listo para gobernar. Y lo ocurrido en las urnas lo describió de la siguiente manera: "Fuimos la roca en la resaca, hemos mantenido unida a esta coalición, hemos mantenido unido a este gobierno, hemos traído estabilidad a este estado y estamos listos con este resultado para asumir nuevamente la responsabilidad. No será fácil, no es necesario discutirlo esta noche, pero una cosa es segura: con mucho diálogo y la voluntad de hacer algo por este Estado, podemos darle a Sajonia un gobierno estable que sirva al Estado y marche con humildad, y esto, damas y caballeros, es por lo que todos hemos estado luchando".


Por su parte, el partido de izquierda, fundado hace unos meses y liderado por Sahra Wagenknecht (BSW), quedó en tercer lugar en ambos Estados. En tanto, los "Verdes", uno de los tres partidos que componen la coalición gobernante de Alemania, obtuvieron malos resultados en ambos distritos, obteniendo el 3,2% de los votos en Turingia y el 5,2% en Sajonia. Sin embargo, el líder del partido Verdes en el Bundestag, Omid Nouripour, dijo que estaba más decepcionado por el fuerte resultado de la AFD que por los malos resultados de su propio partido. "Mi dolor esta noche es marginal comparado con el hecho de que estamos viviendo un profundo punto de inflexión y un partido abiertamente extremista de derecha se ha convertido en la fuerza más fuerte en un parlamento estatal por primera vez desde 1949. Y eso preocupa y asusta a mucha gente", aseguró.




En Turingia AFD quedó primera con el 32% de los votos.

Pero no sólo los "Verdes" están preocupados por el crecimiento de la extrema derecha de AFD. El alcalde de Berlín, Kai Wegner, del partido de centroderecha CDU, quien calificó los resultados en ambos estados como una “llamada de atención”. Y argumentó que "los resultados muestran, de manera impactante, que muchas personas en nuestro país ya no se sienten representadas por los partidos democráticos centristas".


En ese contexto es casi imposible que cualquier otro partido acepte ayudar a que AFD asuma el poder uniéndosele en una virtual coalición. El secretario general nacional de la CDU, Carsten Linnemann, ya anticipó que su partido se mantendrá firme en su negativa histórica de trabajar con el grupo de ultra derecha.


Sin embargo, en la AFD siguen siendo optimistas y creen que pueden forjar las alianzas políticas necesarias para acceder al poder. Stefan Möller, el portavoz del estado federado de Turingia, expresó: "Como fuerza más fuerte, según la costumbre parlamentaria, tenemos la tarea de presentar las ofertas adecuadas. Queda por ver si la política establecida y otras fuerzas seguirán con sus ideas fallidas o si están dispuestas a negociar con nosotros". Y agregó: "Como mínimo, estamos dispuestos a hablar con todo el mundo y a explorar cómo, juntos, podemos crear mejores políticas para Turingia que las que hemos visto en los últimos diez años".


Esta es la primera victoria en su historia que consigue AFD (en Turingia) así como un destacado segundo lugar en Sajonia, muy cerca de los primeros. En esta elección los votantes castigaron a los tres partidos de la coalición gobernante del canciller Olaf Scholz, que obtuvieron menos del 15% de los votos entre todos. Aunque fueron comicios regionales, es probable que tengan un impacto de amplio alcance en la política nacional alemana y, por extensión, en la política europea, dado el peso de esa nación que es la más poderosa de la UE.


Según los expertos este resultado tiene múltiples causas: un profundo descontento con un gobierno nacional conocido por sus luchas internas, el sentimiento antiinmigratorio y el escepticismo hacia la ayuda militar alemana a Ucrania se encuentran entre los factores que han contribuido al apoyo a los partidos populistas en la región menos próspera que Alemania occidental.


En este último aspecto quizás uno de los beneficiados sea justamente el Kremlin ya que AFD tiene estrechos vínculos con Moscú y están en contra de apoyar a Ucrania ante la actual invasión a gran escala de Rusia. Lo llamativo es lo mismo también ocurre con la izquierda de BSW. En polos opuestos, ambos coinciden en su firme crítica a cualquier intervención militar en la guerra, criticando el papel de los EE. UU. y la OTAN y presionando en cambio por vínculos más estrechos con Rusia en lo que respecta a la seguridad europea. En ese sentido, son partidos políticos que critican duramente la ayuda que Europa y Estados Unidos ya han proporcionado a Ucrania desde principios de 2022. A tal punto que, cuando el presidente de Volodymyr Zelensky pidió más apoyo al Bundestag en junio pasado, muchos parlamentarios tanto de la AFD como del BSW se marcharon en protesta.


La postura de Alemania respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania es un tema delicado en el Este, vinculado a la historia de la región como el antiguo estado de Alemania Oriental, un aliado cercano de la Unión Soviética en aquella época. El tema es central porque Berlín es el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania, después de Estados Unidos, desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. Es probable que Vladimir Putin utilice políticamente estos resultados electorales para intentar demostrar cómo cayó el apoyo popular de los alemanes a Ucrania.


Los votantes de Sajonia y Turingia castigaron a los tres partidos de la coalición gobernante: el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, los "Verdes" y el liberal Partido Democrático Libre (FDP), que apenas obtuvieron entre todos poco más de una octava parte de los votos. Este cuadro se suma a la debacle que ya habían sufrido en junio en las elecciones europeas de junio. Ahora el temor para el frente oficialista es si lo ocurrido ayer puede ser el anticipo de lo que podría llegar a ocurrir en las próximas elecciones nacionales de Alemania que se darán en un año.


A partir de estos comicios la AFD tendrá más de un tercio de los escaños en la legislatura del Estado federado de Turingia, lo que le permitiría, por ejemplo, bloquear los nombramientos de jueces para el tribunal constitucional regional, y eso dificultará la formación de gobiernos viables. Por eso, más allá de que con el "cordón sanitario" los otros partidos logren frenar que los ultraderechistas se queden con el poder en ese lugar, ya muchos de los fantasmas de ese pasado oscuro y violento están al acecho. Y se corporizaron en una preocupante realidad. Ahora con la legitimación en las urnas.




Las propuestas de AFD


AFD es la antítesis de "Los Verdes" en Alemania: es el único partido del Bundestag que quiere abolir la UE, al menos en su forma actual. "Así como está es un proyecto fracasado", señalan en su programa electoral. Son partidarios de una "unión de naciones europeas", una nueva agrupación europea, económica y de intereses, en la que se preserve la soberanía de los Estados miembros. Aunque mantendrían el mercado interno de la UE.


En cuanto a la política migratoria, AFD propugna por una "Fortaleza Europa". Traducido: la UE debería apoyar a los Estados miembros en la protección de las fronteras exteriores y las deportaciones forzadas de los inmigrantes.


También está en contra de las propuestas vinculadas a la reducción del "efecto invernadero" para frenar el cambio climático. Para AFD la protección del clima es totalmente superflua porque el clima siempre ha estado cambiando y desvinculan de eso a la acción del Hombre. Por ello, el partido también rechaza todas las medidas para reducir las emisiones de CO2, por ejemplo, en el transporte o la calefacción.


La AFD también adopta un enfoque radicalmente distinto respecto a Rusia. Pide el fin de las sanciones económicas y un acercamiento a Moscú, además de exigir el freno inmediato del envío de armas y dinero a Ucrania.

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