Florida se sumo a otros distritos de EE.UU. que limitan el acceso a esas plataformas por parte de los menores. Aducen que la falta de control producen graves daños en los más chicos.
Por Gabriel Michi
Podría pensarse que esta medida parte de un gobierno proteccionista. O de defensores del rol del Estado en la vida de la sociedad. Pero no. La novedad es que esta iniciativa -que ya tiene antecedentes similares en otros lugares- la acaba de volver realidad uno de los gobernadores más conservadores y de derecha que tiene uno de los Estados más hipercapitalista de los EE.UU. El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, sancionó una ley que prohíbe a los menores de 14 años tener acceso a las redes sociales y exige a los jóvenes de 14 y 15 años obtener el consentimiento de sus padres para poder utilizarlas. Es más, la nueva norma obliga a las plataformas de redes sociales a anular las cuentas de los menores de 14 años y de los menores de 16 que no tengan la autorización de sus padres. Y, para garantizar que esas medidas se cumplan, la ley exige que haya un sistema de verificación de terceros para restringir el acceso a esas aplicaciones de menores de edad.
Con esta medida, el gobernador de Florida se instala en el medio una discusión que ha acaparado la atención de los Estados Unidos (y también del Mundo) pero que no es nueva. De hecho, en marzo de 2023, Utah se convirtió en el primer Estado del país en adoptar leyes para regular el acceso de los niños a las redes sociales, seguido por Arkansas, Luisiana, Ohio y Texas, y hay muchos más distritos que van en el mismo sentido.
Estas batallas se inscriben también en un enorme debate público sobre los daños que en la salud mental de los niños provocan el uso abusivo de estas plataformas, más cuando no hay un control y una supervisión de los adultos responsables. Esto ha llevado, por ejemplo, a que los CEOs de las principales redes sociales deban comparecer ante una Comisión especial del Senado de ese país y pedir perdón -cara a cara- a los padres de niños que fueron víctimas del mal uso de esas plataformas, y que incluso en algunos casos los llevó a la muerte, tal como informó MundoNews en su nota "Una disculpa tardía frente al dolor provocado por las redes". Y se inscribe también en una tendencia que involucra a autoridades de distintos distritos como, por ejemplo, la ciudad de Nueva York que en febrero pasado presentó una demanda formal contra cinco de las mayores redes sociales (TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube) por “alentar una crisis de salud mental entre los menores en toda la nación”.
Para explicar la ley, Ron DeSantis señaló: "Las redes sociales perjudican a los niños de muchas maneras" y apuntó que la norma "da a los padres una mayor capacidad para proteger a sus hijos". En la argumentación cuando le dieron impulso a la propuesta, el gobernador y otros promotores de la ley explicaron que la salud mental de los niños y adolescentes puede verse afectada por los contenidos de las redes sociales y las interacciones que mantienen en esas plataformas. Lo que señalan es que la norma quiere frenar los efectos nocivos de las redes sociales en la salud mental de los menores de edad ya que está demostrado los trastornos de ansiedad, depresión y otras enfermedades que los sumergen en las peores pesadillas.
La medida, que es aplaudida por organizaciones de padres y otros actores sociales tiene sus detractores, entre ellos los que señalan que la ley viola las protecciones de la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU. a la Libertad de expresión. En ese sentido es que argumentan que esto representa un avasallamiento de los derechos individuales por parte del Estado y que son los padres y no el gobierno, los responsables de tomar las decisiones sobre la presencia de sus hijos, de todas las edades, en las redes sociales.
Obviamente, entre quienes se anotan por el rechazo a la nueva ley de Florida figuran las empresas propietarias de las redes sociales. Ese fue el caso, por ejemplo, de Meta, la compañía matriz de Instagram y Facebook, que puso el grito en el cielo por la iniciativa y señaló que esta norma planteará problemas de privacidad de datos, ya que los usuarios tendrán que proporcionar información personal para verificar su edad. Aun así, el holding de Mark Zuckerberg asegura que apoya la legislación federal para que las tiendas de aplicaciones en línea garanticen la aprobación de los padres para las descargas que hagan los niños.
La ley de Florida no hace referencia a ninguna red social en particular, pero critica la forma en que las plataformas potencian la "navegación infinita", la adicción a los "Me gusta", entre otras prácticas que alteran las conductas de los niños y adolescentes. De la medida quedan exentos los sitios web y aplicaciones cuya función principal sea el correo electrónico o los mensajes de texto entre un remitente y un destinatario. Además, como medida de seguridad, la norma obliga a las compañías de redes sociales a eliminar permanentemente la información personal recopilada de las cuentas canceladas y permite a los padres interponer demandas civiles ante las empresas que no lo hagan. Toda una artillería para frenar los embates que estas tecnologías provocan en los menores de edad y sus dramáticas consecuencias en su salud mental y física. Una "red" de contención frente a las denominadas "redes sociales". Esas que en lugar de contener muchas veces dejan caer a los niños hacia el abismo.
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