El COVID 19 llegó al humilde Barrio José Luis Cabezas, en el límite los partidos de Berisso y Ensenada. El Estado provincial y los Municipios aislaron un sector. Pero la preocupación crece por la vulnerabilidad de esa zona. La historia de cómo bautizaron con el nombre del reportero gráfico asesinado en 1997 a este lugar que hoy pelea contra el mal que acecha al Mundo.
Por Gabriel Michi
En esa geografía se cruzan la memoria y el dolor. El pasado y el presente. Un ícono histórico y un flagelo actual. Y se sintetiza en una postal de lo que nunca debió ocurrir. Ni ayer, ni hoy. En la provincia de Buenos Aires, en el límite de los partidos de Ensenada y Berisso, se levanta el Barrio José Luis Cabezas, un pequeño territorio de casas humildes donde hoy arrecia el Coronavirus. Y en el que en pocos días han confirmado al menos 37 casos positivos. Es en la actualidad uno de los principales focos de preocupación de la provincia de Buenos Aires, por las condiciones en las que viven sus pobladores. Sobre todos aquellos que están en los últimos rincones de esta barriada. Por eso, las autoridades sanitarias han intentado algo inédito: practicar un aislamiento parcial de ese sector, sin sitiar todo el territorio.
La memoria está representada por el recuerdo de José Luis en el nombre del barrio. El dolor por aquel crimen y este presente con el virus rondando. El pasado por la imagen de aquel reportero gráfico que se convirtió en un grito de Justicia. El presente, con la amenaza del mal que jaquea al mundo. El ícono mencionado es Cabezas. Y el flagelo actual es el del Coronavirus acechando. La síntesis de lo que no debió ocurrir, ni ayer ni hoy: un homicidio mafioso contra un hombre de bien y el castigo de una enfermedad que parece empecinarse con los más vulnerables.
Para quien escribe estas líneas, la noticia de que un barrio que lleva el nombre de Cabezas hoy padezca por la llegada de la Pandemia impacta doblemente. José Luis era mi compañero y amigo, con quien cubríamos la temporada de verano para la revista Noticias cuando lo asesinaron aquel funesto 25 de enero de 1997 en Pinamar. El fotógrafo se convirtió en un ícono para todo el periodismo y para la sociedad en su conjunto. Y fue así que, en los más diversos puntos de la Argentina aparecieron los recordatorios permanentes a su figura. En un mapa que realicé hace dos años, tras una búsqueda de mucho tiempo, encontré más de 75 espacios (barrios, calles, monumentos, plazas, aulas, entre muchos más) que lo homenajean. Y, entre esos, está el barrio José Luis Cabezas, en el que hoy explotó el Covid 19.
Historia y memoria con nombre propio
Los terrenos fiscales donde nació el barrio José Luis Cabezas, hace más de 23 años, estaban prácticamente abandonados. El pasto y las malezas lo cubrían todo. Y, de a poco, los primeros pobladores empezaron a arreglar esos baldíos y a construir. Por aquellos años el crimen del reportero gráfico que conmovió a la Argentina estaba en la primera plana de todos los medios del país y del Mundo. Y la sociedad se había movilizado en el reclamo de justicia por José Luis. Ultimado por una banda de policías y delincuentes comunes que, bajo las órdenes del poderoso empresario Alfredo Yabrán y de su jefe de custodia Gregorio Ríos, Cabezas se convirtió en un símbolo de la lucha contra la impunidad y los homenajes aparecieron por toda la Argentina. Y en este lugar donde se mezclan los límites de los partidos bonaerenses de Ensenada y Berisso, estos vecinos que comenzaban a levantar sus humildes viviendas decidieron que la incipiente barriada lleve su nombre. Un recordatorio construido por gente muy humilde y trabajadora que surgió de las propias entrañas y compromiso de la cultura popular y que permaneció en el tiempo hasta hoy en día.
Pedro Mosquera es uno de los primeros habitantes que tuvo el Barrio José Luis Cabezas. Este hombre, que trabaja en tareas de mantenimiento, rememora cómo empezó todo: "Yo vivo hace 23 años acá. Todo empezó cuando empezamos a venir unos pocos a este lugar. Nos trajo un muchacho, Jorge, que hoy vive en España. Él fue el primero en ´descubrir´ el lugar para el barrio, por así decirlo. Nos trajo a dos señoras y a mí. En el primer momento no vinimos para vivir. Estuvimos limpiando, haciendo cosas, como para armar algo. Al principio acá teníamos una casillita, una sola pieza de 3X3. Y ahí nos acomodamos con mi esposa. Después se fue agrandando la familia. Así fue que en aquel momento (1997) se fue juntando gente y tomamos la decisión de buscar un nombre al barrio. Justo en ese tiempo había pasado lo de José Luis Cabezas y tomamos ese nombre como referencia. Para tenerlo presente al periodista que había sufrido todo eso por investigar a un empresario", señala Mosquera.
Cuando comenzaron a erguirse las primeras paredes, en la Municipalidad de Ensenada no aparecía este lugar en ningún registro. "Figuraba como un asentamiento. Y pedían que se le pusiera algún nombre, ya que necesitaban formar una Junta Vecinal. Como eran terrenos fiscales, y había ciertas dificultades sobre a qué Municipio pertenecía, los primeros vecinos fueron a la Municipalidad de Ensenada y justamente en ese momento se había dado lo del asesinato de Cabezas, y en honor a ese hombre le pusieron ese nombre", cuenta Jeannette, una vecina que vive allí desde hace 14 años.
Historias de barrio
Casi toda la vida de Pedro Mosquera se ciñe a esta historia de arraigo con este lugar que descubrieron hace más de dos décadas. "Tengo tres hijos que nacieron en el Hospital Gutiérrez y viven acá en el barrio. Del lado donde yo estoy es donde se armaron las primeras casas". Esa zona donde originalmente se empezó a levantar el barrio es un triángulo (con forma de pipeta) que linda con la vía pero cuyo punto de referencia es la avenida 122, en el límite entre Berisso y Ensenada. Hoy Pedro vive con su esposa y sus dos hijos menores en la casa del frente y detrás de ellos, en un monoambiente, su hija con su pareja y su nieto. "Prácticamente estamos los siete en el mismo terreno", cuenta.
"Nunca hemos tenido ningún problema antes de esto. Es un barrio muy tranquilo, de gente trabajadora. La nueva generación de chicos que se criaron acá, algunos de ellos estudian en la Facultad. Acá todos trabajan. Pero a causa de todo esto del Coronavirus, algunos no están trabajando porque es un riesgo que salgan del barrio, a pesar de que están sanos. Y, el que sale lo hace con precaución y con permiso", describe Pedro.
En ese barrio todo parece haber cambiado desde que irrumpió el Coronavirus. De hecho, en pocas horas se multiplicó en decenas de caso. Así lo cuenta Jeannette, una vecina que vive allí con su familia: "Nosotros nos enteramos cuando vino el intendente (de Ensenada) Mario Secco, con el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi a ayudar. Fueron muy consecuentes con sus palabras porque están haciendo lo que prometieron. Se acercaron el viernes por la mañana para hacer un barrido de salud para ver qué zona estaba más infectada. Hubo tres casos seguidos en una familia y eso despertó un alerta. Al hacer el barrido e instalar el trailer sanitario, se hicieron los hisopados y resultó que ya no eran 3 sino 9, después 11 y así sucesivamente. Y ya son 37 casos positivos".
La zona más complicada es que que se encuentra en el sector trasero del barrio, pegado a las vías del ferrocarril que transporta coque hacia la refinería de Ensenada. "En el barrio somos como 350 familias. Y teniendo en cuenta que el 98% son familias de peruanos, que suelen ser abundantes, terminamos siendo alrededor de 1.200 personas", cuenta Jeannette a MundoNews. El barrio tiene dos accesos, uno por la calle 122 y otra por la 129. "La gente que vive por 129 es la que está mas afectada porque es la que está en situación más vulnerable y una situación mas precaria. Y son familias más numerosas que las que viven en la parte de adelante. Como los casos surgieron allí, decidieron cerrar esa zona".
Si bien el barrio pertenece a ambos municipios, el sector más afectado es el que está del lado de Ensenada. "La parte preocupante de esta situación es que no se generalice, ya que está muy localizado, hay un foco y por eso han decidido cerrarlo. La parte de adelante que quiere salir a trabajar y que es mucha gente que trabaja en casas de familia o en cuidados de ancianos, están que no lo pueden hacer porque también sus jefes no quieren que vayan a trabajar. Ahora acá están haciendo hisopados en forma permanente con el trailer permanente de sanidad que han instalado, con especialistas, pero que faltan muchos", cuenta Jeannette.
Y traza su propio diagnóstico: "Lo cierto es que por nuestra cultura peruana, somos gente de pueblo y estamos acostumbrados a reunirnos y se ha tomado con cierta liviandad lo que es la enfermedad. No con mucha conciencia. Y estos son los resultados. Así estamos ahora, lamentablemente. Pero lo cierto es que, entre comillas, se ha tomado a tiempo. Están aislados. Algunas familias se las han aislado en sus casas y a otras han sido trasladadas a hospitales de Berisso, de Punta Lara, porque ellos presentaban cuadros un poco más graves y la enfermedad ya estaba con síntomas en ciertas personas, y entonces los han trasladado porque estaban más afectados, no podían respirar. Pero ayer Secco dijo que había personas que estaban más estables y que estaban por darle de alta al menos a tres. Ahora están repartiendo agua y la gente que está aislada está en sus casas. Algunos pueden salir con los permisos para circular. Están repartiendo víveres también. Y, así estamos, con la incertidumbre de qué va a pasar después, con los hisopados que están haciendo. Ha habido testeos para todos pero hisopados para unos pocos",
Pedro Mosquera señala a MundoNews: "La preocupación está en todos. El barrio es chico y casi todos nos conocemos. Si bien hay gente nueva que no conozco. Mi vida es irme a trabajar temprano y volver a la noche y me meto en mi casa, comemos y me voy a dormir. Por eso quizás no conozco mucho a los nuevos vecinos, pero si a los antiguos".
Yovana Loa vive en el barrio José Luis Cabezas desde hace 12 años. Le cuenta a MundoNews: "Hoy en día llegaron temprano los equipos de salud para hacer hisopados. Hasta el día de ayer (3 de junio) había 21 infectados. Pero hoy ya hay otros resultados. La gran mayoría está afectada en la parte de atrás del barrio, que es lo pusieron en aislamiento. También vinieron dos autos con víveres, que nos están asistiendo desde las municipalidades de Berisso y Ensenada. También están repartiendo agua. Y, gracias a Dios, estamos recibiendo ayuda de los dos municipios. Ellos siguieron más hisopados y pidieron a las personas que tenían síntomas que sí sentían alguna molestia se acerquen al trailer que es donde se realizan los hisopados".
Yovana comenta que: "Hasta antes del virus yo estuve trabajando asistiendo a personas mayores y vivo con mis dos nenas. Así como yo hay gente que no puede trabajar tanto por el virus como por las cosas que dijeron los medios de comunicación. Dijeron que había un número más grande de infectados, lo cual no era real. Y en los lugares de trabajo les dijeron que no vuelvan a trabajar hasta que no pase esto. Y nos les quedó otra que quedarse en su domicilio", lo que dificulta el día a día de todos ellos.
Sin embargo, Jovana se muestra agradecida con lo que han hecho las autoridades: "Desde el primer día que apareció este caso, se hicieron presentes los intendentes de Berisso y Ensenada. La gente tiene miedo pero a veces se puede sobrellevar cuando uno está informado sobre la forma de contagio y así uno puede ayudar a las personas que están infectadas o a las que se hacen hisopados y están aisladas. Nosotros tratamos de ayudar a nuestros vecinos que se encuentran en la parte de atrás del barrio. Ellos están aislados pero no por eso nosotros los dejamos de lado. Tratamos de asistirlos. Tenemos un grupo de WhatsApp en el barrio, estamos organizados. Y tratamos de hacerles llegar la mayor cantidad de cosas posibles para que ellos no salgan".
La mujer describe también cómo es que se actúa con los contagiados: "Hay muchos casos que fueron aislados y derivados a los hospitales de Berisso o Punta Lara. Y aquellos que se pueden quedar aislados en sus domicilios lo han hecho. La gente de Salud está permanentemente presentes acá. Así uno se siente tranquilo y contenido. No es tener miedo, no es asustarse. Es entender que es un virus que le puede tocar a cualquiera. Y no porque le toco a alguien hay que alejarse o correrte de lado. Hay que ayudarse, hay que ser solidario. Y este virus se puede combatir con amor y con ayuda al prójimo. Así todos nosotros vamos a salir de esto; Argentina va a salir de esto. Pero ayudándonos y siendo solidarios unos con otros".
Ese espíritu solidario y de trabajo que describe Yovana también está presente en las palabras de Jeannette: "acá en el barrio somos mayoría peruanos, pero hay paraguayos, argentinos y de otras nacionalidades. Todos trabajamos en casas de familias. otros trabajan en talleres de costura. Hay muchos cuidadores de adultos mayores, niñeras, enfermeros profesionales, muchos chicos jóvenes que se están cultivando en la facultad".
Pasado y presente
Cuando los habitantes de este barrio lo bautizaron como José Luis Cabezas nunca se imaginaron que serían noticia por algo tan diametralmente distinto. Pedro Mosquera lo explica: "Le pusimos ese nombre en homenaje al fotógrafo. Y fue para tenerlo presente. En ese tiempo justo pasó que lo asesinaron por lo que estaba investigando sobre ese empresario (Alfredo Yabrán). Igual este barrio recién se hizo conocido por lo que está pasando con el Coronavirus. Sino capaz que nunca se hubiese conocido. Me hubiera gustado que el barrio se conozca de otra manera. Pero nadie está libre de nada. A cualquiera le puede pasar esto. Hoy mis vecinos del fondo están mal. Y eso me afecta porque el barrio es muy chico y nos conocemos todos. Somos como una familia. Así que cada vez que pasa algo, como pasó hace poco, que nos robaron a las madres que pasaban por la rotonda y nos unimos para frenar esto. Y después pasó esto del virus"
Yovana señala que: "Salió de los vecinos ponerle el nombre de José Luis Cabezas al barrio Y la verdad es que quedó hasta el día de hoy. Nosotros queremos dejar bien en alto el nombre de Cabezas. Porque así como nosotros somos gente de bien, queremos salir adelante por medio de nuestro trabajo, sin que se nos regale nada. Y siempre con la justicia por delante".
Pese al dolor de lo que hoy vive el barrio, Pedro tiene un momento para homenajear al fotógrafo que identifica a su barrio: "José Luis Cabezas siempre va a estar presente. Van a pasar los años y en este barrio su nombre seguirá presente. Adonde vaya uno, va a estar presente. Aún más con lo que está pasando, se hizo más conocido el barrio. Ojalá hubiese sido por otra cosa. Pero acá, José Luis Cabezas siempre vivirá en la memoria de todos".
Excelente semblanza del pasado y del presente que condensa diferentes dimensiones de la tragedia Argentina, muy buena nota. Abrazo!!