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Cuando la naturaleza desata su furia contra la Humanidad

En 2022 hubo 387 desastres naturales que provocaron 30.704 muertes en todo el Mundo y afectaron a más de 185 millones de personas. Además de causar pérdidas por 223.800 millones de dólares. La mayor cantidad de fallecidos se dio en Europa por las olas de calor. Cuáles fueron las tragedias más terribles, dónde ocurrieron y qué costos representaron.


Por Gabriel Michi



Cuando la naturaleza muestra su furia queda poco por hacer. Las tragedias que provoca se suele traducir en muerte y destrucción. Y más allá de aquellas expresiones que se vuelven inevitables, hay muchas que son producto de la mano irresponsable del Hombre. Y su periodicidad -cada vez más frecuente- así lo demuestra. En 2022 hubo un total de 387 desastres naturales en todo el Mundo que provocaron 30.704 muertes y afectaron a 185 millones de personas. Además todo eso se tradujo en pérdidas económicas cercanas a los 223.800 millones de dólares. Así surge de un reporte de The International Disasters Database (EM-DAT), que además señala que el total de catástrofes en 2022 es ligeramente superior a la media de 2002 a 2021 (370).


El informe también detalla que la mayoría de las muertes sucedieron en Europa (53,5% del total), motivadas sobre todo por el exceso de mortalidad vinculados con las olas de calor, que afectan especialmente a los adultos mayores, que representan un alto porcentaje de la población del Viejo Continente. Se calcula que 16.305 muertes vinculadas a desastres naturales ocurrieron en territorio europeo, es decir, más de la mitad del total de víctimas mortales mundiales en 2022. Durante el año pasado hubo al menos cinco olas de calor, con temperaturas que alcanzaron los 47 °C.



La EM-DAT es una base de datos mantenida por el Centro de Investigación sobre Epidemiología de las Catástrofes (CRED, por sus siglas en inglés) y contiene información sobre más de 25.000 catástrofes naturales y tecnológicas desde 1900. El CRED define una catástrofe como "un acontecimiento imprevisto y a menudo repentino que causa grandes daños, destrucción y sufrimiento humano; una situación o acontecimiento que desborda la capacidad local y hace necesaria una nacional o internacional de ayuda exterior".






Según los datos recogidos por EM-DAT, ese total de 387 eventos catastróficos en 2022 es ligeramente superior al promedio de 2002 a 2021 cuando ocrrieron 370. Y se ubicó cerca del promedio anual de las últimas dos décadas. "En 2022, el número total de muertes de 30.704 fue tres veces mayor que en 2021, pero por debajo del promedio de 60 955 muertes entre 2002 y 2021, este último influido por algunos megadesastres, como el terremoto de Haití de 2010 (222 570 muertes). Para una comparación más útil, el número de víctimas de 2022 es casi el doble de la mediana de 16.011 muertes entre 2002 y 2021", señala el informe.




En el reporte se meciona específicamente los estragos generados por las olas de calor entre las personas mayores. Y así llegan a la conclusión de que el "exceso de mortalidad relacionado con las olas de calor en Europa, con una estimación provisional de 16.305 muertes, representó más de la mitad del número total de muertes en 2022".


Otras de las catástrofes que impactaron en el número definitivo de víctimas fatales fue la hambruna provocada por la sequía en Uganda y que causó 2.465 muertes, lo que la convirtió en el segundo evento de desastre más mortífero en 2022 después de las olas de calor europeas. "Además, las sequías afectaron a 88,9 millones de personas en seis países africanos (la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Sudán, Níger y Burkina Faso) en 2022. También ocurrieron sequías notables en China (donde 6,1 millones de personas se vieron afectadas, provocando daños por valor de 7.600 mil millones de dólares´), en EE. UU. (US$ 22.000 millones) y en Brasil (US$ 4.000 millones)". La sequía generó también una pérdida de cerca de 20,000 millones de dólares entre 2022 y 2023 para la República Argentina.





Otros fenómenos catastróficos de 2022 fueron las devastadoras inundaciones en Pakistán (entre junio y septiembre) que afectaron a 33 millones de personas y causaron 1.739 muertes, además de daños económicos por valor de 15.000 millones de dólares.Algo similar ocurrió en la India (2035 muertes, US$ 4.200.000 millones), Bangladesh (7 millones de personas afectadas) y China (US$ 5.000 millones de pérdidas). En Nigeria, las inundaciones causaron 603 muertes y generaron un costo económico de  4.200 millones de dólares, mientras que en Sudáfrica se perdieron 544 vidas relacionadas con las inundaciones.


En tanto, ña inundación de febrero de 2022 en Brasil mató a 272 personas, y las inundaciones en el Este de Australia en febrero y marzo costaron 6.600 millones de dólares estadounidenses. El 2022 "estuvo marcado por tres tormentas importantes, incluidas dos en Filipinas: la tormenta tropical Megi en abril (346 muertes) y la tormenta tropical Nalgae en octubre (3,3 millones de personas afectadas). El huracán Ian azotó los EE. UU. y causó daños por un valor de 100 000 millones de dólares estadounidenses, lo que lo convirtió en el evento de desastre más costoso de 2022".


En cuanto a los terremotos, se destacaron tres eventos en 2022, dos de los cuales se ubicaron entre los diez eventos de desastre más mortíferos: el terremoto del sureste de Afganistán en junio (1.036 muertos) y el terremoto de Indonesia en noviembre (334 muertos). Finalmente, el terremoto de Fukushima de 2022 provocó daños por valor de 8.800 millones de dólares, lo que lo convierte en el evento con el cuarto mayor impacto económico.





"En 2022, una cifra basada en datos EM-DAT causó revuelo en las redes sociales: la mortalidad por desastres relacionados con el clima 7 resulta ser un 98% menor hoy en comparación con los datos del siglo anterior. Un examen más cuidadoso de las estadísticas de mortalidad indica que este porcentaje puede ser engañoso. Malinterpretar las estadísticas podría ser dañino si respalda un discurso que minimiza la importancia de la acción climática", señala el reporte.


La aclaración surge porque algunos de los gráficos del informe muestran el número de muertes por desastres por década en más de 12 000 desastres relacionados con el clima.Allí se observa una disminución del 96 % en la mortalidad entre la década de 1920, con 4,84 millones de muertes, y la década 2010-2020, cuando la mortalidad se limitó a 0,17 millones. fallecidos. Sin embargo, esta tendencia no se remonta a antes de la década de 1920 y, si se tomara la década de 1910 como referencia de comparación (0,25 millones de muertes), la disminución sería solo del 30 %. "Tal variabilidad se explica por la ocurrencia o no de megadesastres, en los que el número de muertos puede pasar de decenas de miles a varios millones por evento. En particular, en el período comprendido entre la década de 1920 y la de 1960, hubo cinco hambrunas inducidas por la sequía, que mataron a más de un millón cada una", detallan.


Lo que si se nota en los últimos tiempos es un incremento de la mortalidad por otros factores, por ejemplo, el crecimiento de la población en áreas expuestas y el cambio climático, aunque eso "no significa necesariamente que ahora tengamos evidencia firme de que la mortalidad relacionada con los desastres está aumentando. Afirmar esto podría ser otra falacia, dado que recopilar datos sobre un evento de desastre pasado es más desafiante que recopilar datos sobre un evento reciente, especialmente datos registrados antes de la era de Internet. Este sesgo temporal contribuye, hasta cierto punto desconocido, a la tendencia alcista observada". Además, los avances globales en la ayuda humanitaria y la gestión del riesgo de desastres pueden actuar como una tendencia contraria al crecimiento de la población y la intensificación de los peligros, señalan los especialistas.






"La base de datos de eventos de emergencia (EM-DAT) ha sido mantenida por el Centro de Investigación en Epidemiología de los Desastres (CRED) desde 1988. El objetivo principal de EM-DAT es proporcionar información para apoyar acción humanitaria a nivel nacional e internacional, permitiendo toma de decisiones racionales en la preparación para desastres. La base de datos ofrece información objetiva, basada en la evidencia que se puede utilizar para evaluar la vulnerabilidad de las comunidades a los desastres, ayudando así a los formuladores de políticas aestableciendo prioridades", se indica en las especificaciones del informe.


Vale decir que el EM-DAT es una base de datos que contiene información sobre la ocurrencia y los impactos de más de 25.000 fenómenos naturales y desastres tecnológicos desde 1900 hasta la actualidad, compilado de varias fuentes, incluyendo información de agencias de la ONU, gobiernos nacionales, ONG, investigadores institutos y medios de comunicación. Las fuentes son priorizadas y utilizados en función de su fiabilidad.


CRED define un desastre como “una situación o evento que abruma la capacidad local, lo que requiere una solicitud en el nivel nacional o internacional para la asistencia externa; es un evento imprevisto y a menudo repentino que causa gran daño, destrucción y sufrimiento humano”. Este publicación incluye sólo los desastres atribuidos a peligros, excepto los peligros biológicos y extraterrestres, y excluye los riesgos tecnológicos registrados en EM-DAT.


Para ser incluido en la base de datos, un desastre debe reunirse en

menos uno de los siguientes criterios:


• 10 o más personas reportadas muertas


• 100 o más personas reportadas afectadas


• declaración de un estado de emergencia


• una llamada de asistencia internacional






Fuente: Centre for Research on the Epidemiology of Disasters (CRED) Institute Health and Society – UCLouvain B.1.30.15, Clos Chapelle aux Champs 1200 Brussels, Belgium contact@emdat.be – www.emdat.be


Los datos utilizados en este informe son mantenido a través del apoyo a largo plazo de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional Oficina de Asuntos Humanitarios

Asistencia (USAID/BHA). Este informe anual fue compilado en CRED de Damien Delforge, Regina Below, Valentin Wathelet, y Niko Speybroeck.

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