En un torneo organizado por Rusia, una insólita estafa quedó al desnudo cuando, después de que la escuadra cafetera perdieran por paliza con todos los rivales, se descubrió que eran unos impostores. Y que habían hackeado los mensajes para ser invitados con todo pago.
Por Gabriel Michi
Es una historia de no creer. Con un engaño internacional que cruzó fronteras de todo tipo y generó un conflicto diplomático insospechado. Un equipo amateur se hizo pasar por la Selección Nacional de Básquet de Colombia y se presentó en un torneo organizado por Rusia en la ciudad de Perm. Las autoridades rusas habían enviado la invitación al seleccionado cafetero de baloncesto para participar de un campeonato amistoso en virtud de que su equipo nacional está vedado de intervenir en competencias internacionales, sancionados por la invasión de ese país. O, al menos, eso creyó. Porque en el medio unos impostores lograron hacerse pasar por esa Selección y concurrieron al torneo, invitados con la Federación local, con todos los gastos de traslado y hospedaje pagos. Pero hubo algo que encendió todas las alertas: el equipo cafetero perdió todos los partidos por paliza, incluso por diferencia de más de 100 puntos.
Así ocurrió con las selecciones de Rusia y Venezuela, pero también con el equipo juvenil de la ciudad de Perm, lo cual fue particularmente llamativo para un supuesto conjunto que representa a un país. Primero perdieron 155 a 53 ante Rusia; luego, 108 a 53 contra Venezuela, y 99 a 63 contra un equipo juvenil de Perm. Y, a partir de allí se descubriría una mentira descomunal que derivó en una estafa para los organizadores. Los jugadores no eran los de la Selección cafetera sino apenas unos amateurs que hackearon de alguna manera la intercomunicación entre la Federación de Básquet de Rusia y la de Colombia, aceptaron la invitación, recibieron los pasajes, se alojaron en los lujosos hoteles asignados y se pusieron la camiseta de la Selección para disputar esos partidos que terminaron en una derrota consuetudinaria.
El presidente de la Federación Colombiana de Basquetbol, John Mario Tejada, quedó anonadado cuando se enteró que una supuesta Selección de su país estaba compitiendo en Rusia y pensó que se trataba de algún tipo de broma. Y avisó: "No conocemos a los que hicieron parte, ninguno ha participado en la liga profesional" . Frente a eso la FCB presentó una denuncia penal contra estos jóvenes y le informó los hechos a la Federación Internacional del Basquet y Asociados, la FIBA (algo así como la FIFA del básquet).
Por su parte, en Rusia están más que enfurecidos por la estafa y el engaño de la que fueron víctimas. El presidente de la Federación de Rusia, el exjugador Andrei Kirilenko, dijo que ellos sí hicieron una invitación formal a su par y recibieron una respuesta oficial de la Federación colombiana, algo que éstos niegan. "Llegaremos al fondo de cómo ocurrió esto", aseguró Kirilenko.
Se especula con que estos jugadores -o personas vinculadas e ellos- hackearon la página o el email de la Federación colombiana para enviar aquella respuesta oficial. La Federación rusa recibió lo que entendieron como una respuesta oficial y que era la confirmación de una delegación de 20 miembros colombianos, a quienes el Gobierno de Rusia les pagaría tickets y hospedaje en un hotel cinco estrellas.
Ahora la investigación, identifico a un hombre como quien habría liderado la farsa: sería Christian David Mosquera Durán, un colombiano de 25 años que estudia Ingeniería civil en la ciudad rusa de Kazán. El joven había participado de torneos de básquet universitarios e intercolegiales. Su mail y residencia rusa son las pruebas que lo incriminan. Mosquera, quien juega esporádicamente en torneos de 3x3, se hizo pasar por uno de los basquetbolistas y logró que la entidad rusa les extendiera una invitación oficial al torneo.
Pero no sólo el ideólogo de esta estafa pudo darse el gusto de jugar como si fuera un miembro más de su seleccionado. Así lo hicieron también una veintena de compañeros entre los que estaba el propio Director Técnico: Jorge Básquez es en realidad el entrenador de un modesto equipo femenino de un colegio privado de Bogotá y quedó en medio del escándalo. El hombre aclaró al Tass: "El equipo está formado por profesionales y estudiantes. Recién están comenzando su viaje y querían probarse a sí mismos. Es una gran experiencia para ellos tener a tanta gente mirando".
Lo que se sabe hasta el momento es que Mosquera, utilizando su dirección de correo personal bajo el seudónimo de Sofía Orobio, se comunicó con la Federación Rusa y consiguió que los pasajes y el alojamiento fueran cubiertos por la institución organizadora. Y hasta emitió una carta de aceptación de la invitación firmada -supuestamente- por Jorge Armando García Vargas.
Andrei Kirilenko, el presidente de la Federación Rusa de Básquet, expresó su sorpresa y molestia ante lo acontecido: "Obviamente, no queríamos engañar a nadie y llevar un equipo al que le ganábamos por 100 puntos. Naturalmente, después del primer partido quedó claro que no estaba a la altura del torneo", se sinceró. Aunque defendió el proceso de invitación, asegurando que se siguieron los procedimientos tradicionales de interacción entre federaciones, como lo hicieron con Venezuela, que sí envió a su Selección oficial.
El escándalo fue escalando y generó hasta tensiones diplomáticas. Por todo eso, la Federación Colombiana de Baloncesto, evalúa iniciar acciones legales en contra de este grupo de amigos por usar su nombre, escudo y colores indebidamente y sin el permiso del ente regulador. Pero el engaño funcionó y ese equipo de amateurs se dieron el gusto de competir en un torneo internacional, con todos los gastos pagos y engañando a los poderosos organizadores. Una historia de no creer.
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