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El incesante envejecimiento y la sangría en la Iglesia Católica

En medio de la visita del Papa Francisco a Portugal por la Jornada Mundial de la Juventud se conoció un informe que muestra que la edad promedio de los peregrinos aumentó 9 años en los últimos 12. Mientras la pérdida de fieles no cesa. El caso argentino y de Latinoamérica.


Por Tomás Michi



En el marco de la llegada del Papa Francisco a Portugal por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un panorama que preocupa a la Iglesia desde hace varios años se profundiza. De acuerdo a un estudio de la consultora GAD3, la edad promedio de los peregrinos de este acontecimiento eclesiástico promovido por el catolicismo, que congrega a jóvenes de diversas partes del mundo en compañía del Sumo Pontífice, se incrementó en nueve años en los últimos 12. El informe remarca que el evento celebrado en territorio luso este 2023 refleja una media de 31 años; en comparación con aquel que tuvo lugar en Madrid en 2011, cuyo promedio de edad era de 22 años. El envejecimiento de ese promedio muestra el mayor desinterés por parte de los más jóvenes en este culto y un virtual alejamiento de esos sectores, que encima se suma a una incesante sangría general que vive la Iglesia Católica desde hace décadas. Pero que significa una preocupación adicional a futuro porque podría hipotecar la continuidad y proyección del catolicismo en los próximos años.


El estudio de GAD3 también evidencia que el perfil educativo del peregrino presente en Lisboa (que comenzó el martes y se extenderá hasta el domingo 6 de agosto) es más elevado que hace 12 años: hoy el 82% de estos jóvenes tienen estudios superiores. mientras que en el encuentro en España ese porcentaje era del 58%; es probable que ese dato también tenga que ver con que el promedio de edad de los presentes es mayor. Por otro lado un 59% tiene un empleo, cifra superior también a lo que se reflejaba en Madrid.


El informe también ahondó en los motivos de los peregrinos para asistir a estas jornadas. Así, el 94% de los jóvenes dice que acude a Portugal "para encontrase a sí mismo a través de Jesucristo" y el 92% lo considera una oportunidad para vivir nuevas experiencias. Por su lado, en Madrid, la mayoría de peregrinos destacó su deseo de vivir nuevas experiencias (72,3%), ayudar a difundir el mensaje de Jesucristo (68%) y expresar su compromiso con la Iglesia (65,0%).



Una multitud de jóvenes copando Madrid en el año 2011


No obstante, esta pérdida de terreno del catolicismo es un fenómeno global y la caída del número de fieles (unos 1.200 millones en todo el planeta) es un fenómeno incesante. Fenómeno que encima se profundiza en los lugares donde esta Iglesia ha sido muy fuerte en los últimos siglos. Por ejemplo, en 1995 el 80% de la población latinoamericana, la región con más católicos del Mundo, se identificaba dentro de ese culto. Sin embargo, en 2018 ya se había reducido al 59%, pese a que más dle 80% de las personas se criaron dentro del catolicismo. Mientras que el porcentaje de protestantes evangélicos superó el 20% del total y, de ellos, el 65% de ellos son pentecostales. Esas cifras preocupan al Vaticano ya que se supone que Latinoamérica y el Caribe alberga al 41% de los católicos del mundo.

En el caso de Argentina, una encuesta realizada por el Conicet en 2019 lo retrata con fuerte precisión: los creyentes al culto descendieron del 76,5% al 62,9% un plazo de 11 años. El estudio se basa también en aquellas personas "sin religión", que aumentaron del 11,3% al 18,9%; en comparación con el evangelismo, que creció en porcentaje de adherentes del 9% al 15,3%.


Estos datos quedaron reflejados en la "Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina", que fue llevada a cabo durante los meses de agosto y septiembre de 2019 y comprendió a 2.421 casos. Allí, se consideró que el catolicismo conserva el país una "mayoría atenuada", aunque pierde poder de manera progresiva. En ese sentido, de acuerdo al estudio un 24,7%, se definen "sin religión", predominando entre los jóvenes de 19 a 29 años. El director en Sociología del Conicet, Fortunato Mallimaci, expresó que "la encuesta revela que la creencia en Dios es del 80%, a la vez que estamos en un contexto de incredulidad en las instituciones en general, de la cual las organizaciones religiosas no están exentas". Además, la encuesta indicó que las mujeres son las que se identifican con algún credo, mientras que en los hombres predominan los "sin religión". El nivel educativo también impacta: aquellos más formados tienden a creer menos en Dios o alguna deidad institucionalizada, en contraste con las personas "sin estudios" o sólo educación primaria, que se acercan al evangelismo.




En Brasil, el país con más católicos del Mundo, ocurre algo similar. Un estudio de FSSPX.NEWS realizado en 2020, estimó que los católicos representaban menos del 50% de todos los brasileños. Los motivos son diversos, pero los más destacados tienen que ver con los cambios sociopolíticos que redujeron el porcentaje de fieles de la Iglesia Católica frente a otras religiones, en particular los cultos evangélicos, junto con una secularización en aumento. Además, destacan que durante la pandemia el evangelismo se las ingenió para divulgar sus creencias a través del uso de redes sociales. Incluso dentro del catolicismo consideraron que en los últimos años se vió una enorme incapacidad de la Iglesia para satisfacer las demandas religiosas y sociales de muchas personas, especialmente de los sectores más necesitados. "El Vaticano está perdiendo al país católico más grande del Mundo: es una pérdida enorme e irreversible", dijo José Eustáquio Diniz Alves, un reconocido demógrafo brasileño y exprofesor de la agencia nacional de estadísticas.


Los números son claros y retratan una realidad concreta. El catolicismo pierde cada vez más representación en las distintas sociedades y, en particular, entre los más jóvenes. Cada vez más personas se alejan de aquella institución, inclinándose incluso a otras expresiones religiosas e incluso al ateísmo. Una sangría que no cesa.







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