El republicano muestra los dientes tras ser declarado "culpable" de un delito, algo inédito en los EE.UU.. Critica el fallo y desafía con vistas a las elecciones. Fans incitan a la violencia.
Por Gabriel Michi
Y un día ocurrió. Una nueva e inédita página en la Historia de los Estados Unidos se acaba de escribir. Y presagia que un vendaval polítiico se va a desatar. Por primera vez un ex presidente de la mayor potencia del Mundo fue condenado por un delito penal. Un jurado de 12 ciudadanos (7 hombres y 5 mujeres) de Nueva York acaba de declarar "culpable" a Donald Trump por haber fraguado documentación para esconder pagos indebidos a una actriz porno, Stormy Daniels, para que no cuente sobre sus encuentros sexuales con el magnate en el pasado, específicamente en 2006, cuando él ya estaba casada con Melania. El pago de 130.000 dólares lo habría hecho el abogado trumpista Michael Cohen en 2016, en plena campaña presidencial, para evitar que el dato perjudique las chances electorales del entonces candidato republicano, y luego, desde la Organización Trump le habrían devuelto ese dinero al letrado simulando en la contabilidad como si fueran pagos de honorarios y usando documentación fraguada. Por ese hecho fue que declararon "culpable" al ex mandatario. Ahora resta ver cuál será el monto de la condena -podría llegar a 4 años de prisión-, algo que se conocerá el próximo 11 de julio de boca del juez Juan Merchán. Pero incluso antes de conocerse la sentencia ya Trump había lanzado una andanada de ataques contra el juicio y contra el propio juez. Y planea dar batalla, con uñas y dientes, hasta el final. No sólo él: ya hay fanáticos que lanzaron campañas en las que incitan a la violencia y hasta a la agresión contra los miembros del jurado que condenó al ex presidente.
Mientras tanto, Trump señaló -a la salida del Tribunal- que "el verdadero veredicto lo dará el pueblo el 5 de noviembre", día de las elecciones presidenciales y donde el magnate enfrentará nuevamente -en un escenario repetido pero inverso- al actual mandatario Joe Biden. Vale aclarar que aún condenado -y aunque pueda estar preso- la ley en EE.UU. no impide que una persona pueda ser candidato e incluso asumir el cargo de Presidente. Pese a este mal trago, el republicano se muestra confiado en que va a ganar esa contienda que lo llevaría de vuelta a la Casa Blanca y, hasta el momento, las encuestas le otorgan cierta ventaja sobre el demócrata. Hay que ver qué ocurre ahora, ya que en un sondeo realizado por Reuters/Ipsos antes de la condena, algunos de sus potenciales partidarios ponían en duda seguir apoyando a Trump si era encontrado "culpable". No es lo mismo votar a un sospechoso de un delito que a un delincuente sentenciado. Aún así, su núcleo duro seguirá respaldándolo y, es más, ratificando que estos procesos judiciales son una especie de "caza de bruja" que pretenden perjudicar al candidato para que no vuelva a ocupar el Salón Oval, hipótesis que ha alimentado una y otra vez el propio Trump.
Según la encuesta de Reuters/Ipsos de principios de este año, poco más de la mitad de las personas que habían dicho que votarían por Trump dijeron que aún lo harían si fuera declarado "culpable" de un delito grave por un jurado. Alrededor del 13% dijo que no votaría por él en ese caso y el 29% dijo que no estaba seguro. Pero ahora, con la condena consumada, parece que las cosas podrían ser distintas.
La posibilidad de que la primera condena penal contra un mandatario estadounidense pueda afectar la carrera presidencial del republicano es hoy un tema que divide las aguas. Según Lindsay Chervinsky, historiadora presidencial de la Universidad Metodista del Sur en Dallas, "incluso si es sólo el 1% en las zonas indecisas, eso no es nada". En tanto, Randy Drais, un trabajador gubernamental jubilado de 71 años en York, Pensilvania, que votó por Trump en las elecciones de 2016 y 2020, le dijo a Reuters: “No puedes salirte con la tuya en todo y hacer todo lo que quieras”.
Pero distinta es la opinión de otros de los seguidores trumpistas. Por ejemplo, Mary Ing (68), de Sun City (Arizona), quien votó por Trump en 2020 y había dicho a los encuestadores de Reuters/Ipsos hace varios meses que no lo votaría si fuera declarado culpable de un delito; pero ahora, tras el veredicto, cambió su posición y aseguró lo respaldará en noviembre, aunque por decarte: "Todavía prefiero votar por Trump que por Biden", dijo, culpando al demócrata por los altos precios. De la misma manera piensa Kim DiPiazza (55), trabajadora jubilada de un centro de cuidados paliativos en New Eagle (Pensilvania), quien fue otra votante que se había comprometido a abandonar a Trump si era declarado culpable pero que ahora dice que lo votará porque no lo quiere al actual mandatario: Mis elecciones apestan este año. Pero voy a tener que votar por el candidato republicano, sea quien sea. No voy a votar por Joe Biden".
Por su parte, el portavoz de la campaña de Biden, Michael Tyler, calificó a Trump como
"delincuente convicto", aunque coincidió con la postura del magnate en algo. "El veredicto de hoy no cambia el hecho de que el pueblo estadounidense se enfrenta a una realidad simple. Todavía hay sólo una manera de mantener a Donald Trump fuera de la Oficina Oval: en las urnas".
Conocida la noticia del veredicto condenatorio, el contrataque de Trump -quien dijo "soy un hombre muy inocente"- y sus seguidores, no tardó en llegar. De hecho, el sitio web de la campaña del magnate explotó recaudando dinero -unos 40 millones de dólares en apenas 10 horas- en respaldo a la carrera hacia la Casa Blanca de este supuesto "perseguido político", algo que se supone seguirá creciendo de aquí hasta el 11 de julio, el día en el que se conocerá el monto de la condena, justo antes de la Convención Republicana donde se oficializará su nominación.
Es muy poco probable que Trump termine en prisión por esta cuestión. Es de esperar que sus abogados apelen rápidamente el veredicto del jurado, lo que podría suspender el proceso en su contra. A este fallo se llegó tras seis semanas desde que comenzó el juicio en el Tribunal de Manhattan. Los 12 miembros del jurado consideraron en forma unánime que Trump era "culpable" de todos y cada uno de los 34 cargos que se le acusaban. Ahora sólo resta esperar conocer cuál es el alcance de la sentencia dispuesta por el juez Juan Merchán. Mientras, el ex presidente aguarda la resolución de los otros juicios que hay en su contra, que incluyen las acusaciones de interferencia electoral, el mal manejo de documentos clasificados y, el más grave, el de la posible responsabilidad en la incitación a la insurrección que terminó con la violenta toma del Capitolio (el 6 de enero de 2021) cuando desconoció el triunfo de Biden. Esta sería la única causa que podría sacarlo de la carrera electoral porque en ese delito se interpreta que sería un intento de socavar la propia democracia estadounidense.
Ahora que concluyó esta etapa del juicio por la falsificación de documentos contables para ocultar el presunto soborno a la actriz porno Stormy Daniels, comenzará otra batalla legal en este expediente. Pero, mientras tanto, Trump podrá seguir con su campaña electoral ya que lo más probable es que ninguno de los otros casos vaya a juicio antes de noviembre. Más allá de la casi segura victimización que intentará el magnate argumentando que es un "perseguido político", los otros ejes del debate público entre los candidatos se centrarán en la economía, el derecho al aborto, la seguridad fronteriza y la política exterior.
Todo eso en un contexto donde el gobierno de Biden está tocando los puntos más bajos de aprobación desde que asumió. Esa caída de la imagen está atravesada por cuestiones como la del aumento del costo de vida y eso perjudica sus posibilidades. En ese escenario hay demócratas que incluso le recomiendan no meterse en la cuestión de la condena a Trump porque eso podría ayudar al republicano a "victimizarse" y alimentar su discurso de que se trata de una "causa política" .
Sin embargo, otros le recomiendan todo lo contrario. Por ejemplo, Ben Tulchin, el encuestador de las dos campañas presidenciales del demócrata Bernie Sanders: "Creo que la campaña de Biden debería recordar constantemente a los votantes que Trump es un delincuente convicto y que un jurado lo declaró culpable de violar la ley. El objetivo sería convertirlo en un ataque al carácter de Trump, aumentar sus opiniones negativas y generar dudas sobre Trump para alejar a los votantes de él y acercarlos a Biden".
Por su parte, los partidarios del expresidente republicano, enfurecidos por su condena por 34 delitos graves por parte de un jurado de Nueva York, inundaron sitios web pro-Trump con llamados a disturbios, revolución y represalias violentas. Y eso ocurrió, por jemplo, en la propia plataforma Truth Social del ex presidente, como en sitios tipo Patriots.Win.
Es más, los más radicalizados llegaron a exigir ataques a los jurados, la ejecución del juez Juan Merchán, o una guerra civil abierta y una insurrección armada. "Alguien en Nueva York que no tiene nada que perder necesita cuidar de Merchan", escribió un comentarista de Patriots.Win. “Ojalá lo enfrenten con ilegales con un machete”, decía la publicación en referencia a los inmigrantes ilegales. Otro sitio pro-Trump también era de la partida: en Gateway Pundit, un cartel sugirió disparar contra los liberales después del veredicto. "Es hora de empezar a limitar a algunos zurdos", decía la publicación. "Esto no se puede solucionar votando", amenaba otro.
Todo eso hizo recordar lo ocurrido tras las elecciones que en 2020 Donald Trump perdió contra Joe Biden y que fueron atacadas por el entonces presidente estadounidense que, pese a estar en el poder y tener todos los resortes del Estado a su favor para poder controlar las urnas y la transparencia del voto por correo, eligió el camino de generar todo tipo de sospechas sobre el proceso electoral. Aún cuando se demostró que no había ninguna razón de ser para esas desconfianzas, el propio Trump insisitió una y otra vez con que las elecciones habían sido "amaniadas", hasta el punto de dejar el campo propicio para una escalada de violencia que terminó con la toma del Capitolio -el hecho más grave en la historia institucional de los EE.UU.- y la muerte de 5 personas, aquel patético 6 de enero de 2021.
Hoy Trump y sus fanáticos vuelven a la carga, en este caso por una condena judicial inédita para un ex presidente de los Estados Unidos. Ahora ya no habla de una "elección amaniada" sino de un "juicio amaniado", que intentaría meterse -según su discurso- en el medio de su carrera política para intentar evitar que él pueda volver a la Casa Blanca. Y, así, generar nuevamente fantasmas que podrían retroalimentar la violencia. Y, en definitiva, plantear un juego muy peligroso para la democracia.
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