Una investigación de la Universidad de West Virginia descubrió que por lo menos hay 7 toneladas de basura que dejaron las distintas misiones que llegaron al planeta rojo. Pero no sólo allí: en la Luna ya hay 181 toneladas de residuos terrícolas y no faltan los desechos en otros lejanos: Venus, Mercurio, un satélite de Saturno y hasta orbitando alrededor del Sol.
Por Gabriel Michi
Pareciera que no alcanzara con la destrucción y contaminación que los seres humanos han causado en su hogar, la Tierra. Ahora, con un pretexto científico, los terrícolas también vienen dejando su basura en otros planetas. Una investigación de la Universidad de West Virginia reveló que al menos hay 7 toneladas de residuos abandonados en Marte, el planeta que tanto atrae pero que está a una distancia media de 225 millones de kilómetros. Esos desechos llegaron allí en 50 años de amartizajes en 14 misiones diferentes. La exploración robótica en el planeta rojo no sólo trajo aparejado mucho conocimiento, sino también esa contracara contaminante.
A ese cálculo de 7 toneladas de basura en Marte llegó Cagri Kilic, investigador postdoctoral en Robótica de dicha universidad. El científico analizó 18 objetos construidos por humanos y la cuenta fue contundente: en total, en el cuarto planeta del Sistema Solar, han descendido 9.979 kilos de material humano. Si se resta el peso de la naves actualmente operativas en la superficie (2.860 kilos), el material en desuso y abandonado suma 7.119 kilos. Los desechos humanos en Marte provienen de tres fuentes principales: hardware desechado, naves espaciales inactivas y naves espaciales estrelladas.
El descenso en Marte no es una tarea sencilla. De hecho de 40 misiones que intentaron llegar a su superficie, sólo 14 lograron hacerlo. Allí se enviaron 18 objetos. En el complejo proceso de amartizaje se desgarran pedazos del material que cae aleatoriamente, más allá del que queda en forma calculada y voluntaria. Cuando las pequeñas piezas o sus esquirlas se depositan en la superficie marciana, suelen ser arrastradas por las fuertes tormentas de vientos que allí asolan. Un ejemplo reciente: en 2022, el Rover Perseverance encontró una manta térmica a 2 kilómetros de donde había descendido. También pasó lo mismo con el Curiosity (2012) como con el Opportunity (2005) que hallaron escombros de sus propios vehículos de amartizaje.
Entre los residuos en el planeta rojo hay nueve naves espaciales inactivas: los módulos Mars 3, Mars 6, Viking 1, Viking 2, Phoenix, el Beagle 2 (que estaba perdido), y los rovers Sojourner, Spirit y Opportunity. También figuran dos naves espaciales estrelladas y nada se sabe de otras cuatro que perdieron contacto antes o justo después del descenso. Sin embargo, para algunos estudiosos eso no debería ser considerado como basura sino como reliquias históricas. Pero eso representa también un riesgo para las misiones actuales y futuras.
La Historia del Hombre en Marte
La Agencia Espacial Europea (ESA) señala que "a pesar de que Marte es el vecino planetario más próximo a la Tierra, es un lugar difícil de visitar. Ha habido casi cuarenta intentos de enviar misiones a Marte, de los que más de la mitad fracasaron. De hecho, algunos científicos hablan incluso del 'Demonio de Marte', una fuerza imaginaria que sabotea las naves que viajan al planeta rojo".
La primera misión que tuvo éxito, aunque no amartizó, fue Mariner 4, lanzada por la NASA el 28 de noviembre de 1964. Pasó a 6.120 millas de Marte y envió 22 fotos, tal como se había planeado. Sin embargo, la primera vez que un artefacto realizado por el Hombre entró en la órbita del planeta rojo fue Mars 2, lanzada por la Unión Soviética en 1971. "Su nave hermana, la Mars 3, entró también en órbita de Marte pero perdió un módulo de aterrizaje; los expertos sospechan que fue destruido por una tormenta de polvo", recuerda la ESA.
Luego sobrevinieron otras misiones orbitales en los años '70, como las Viking I y II, que lograron las primeras imágenes detalladas de la superficie de Marte, llegando a mapear el 97% del planeta. Después hubo dos décadas de intentos fallidos o logros mínimos (las sondas soviéticas Phobos 1 y 2, la estadounidense Mars Observer) hasta que en 1997 la Mars Global Surveyor logró volver a entrar en la órbita marciana. Ese año la NASA colocó a Mars Pathfinder en la superficie del planeta rojo. El pequeño vehículo todoterreno Sojourner fue el primero que recorrió la superficie durante semanas analizando sus rocas.
Sin embargo, las cuatro misiones siguientes no lograron su objetivo. Hasta que en el año 2003 Marte fue "reconquistado" por el interés humano y la Agencia Europea lanzó la misión Mars Express, con su módulo de aterrizaje Beagle 2 que si llegó a su superficie y la NASA lo hizo con otros dos vehículos todoterreno: Spirit y Opportunity.
Basura en otros mundos
La acumulación de 7 toneladas de basura humana no es algo exclusivo de Marte. Más allá de todos los elementos que quedaron flotando en el Espacio (la llamada "basura espacial", unas 30.000 piezas detectadas que llegan a un millón si se contabilizan las pequeñas de más de 1 centímetro), en las superficies de otros planetas o satélites naturales también quedaron vestigios del paso de los terrícolas. La Luna, ubicada a 384.400 kilómetros de la Tierra, es la que se lleva la peor parte. Ya desde la llegada del Apolo 11 en 1969 y con un hecho bastante simbólico y premonitorio. Cuando los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin pisaron por primera vez el suelo del satélite de la Tierra, dejaron allí una bolsa llena de basura, incluyendo 30 kilos de excrementos humanos. Luego habría otras cinco misiones en las que otros 10 astronautas caminaron sobre la superficie lunar (hasta diciembre de 1972, cuando la Apolo 17 depositó a las últimos exploradores, Gene Cerman y Harrison Schmitt). Y, con toda esa presencia, más las sondas y naves sin tripulación que llegaron hasta allí, hoy existen más de 3.000 residuos humanos sobre la Luna.
Es cierto también que antes de aquella primera pisada famosa de Armstrong, ya hubo otros elementos en el astro que gira alrededor de la Tierra. El primer objeto humano que llegó a la Luna fue una sonda de exploración, lanzada por la Unión Soviética. Se llamó Luna 2 e impactó sobre su superficie el 13 de septiembre de 1959, 10 años antes que la llegada del Hombre. A partir de allí, los residuos humanos se fueron acumulando en su rocoso entorno. Y, más allá de todos los restos de naves, hay también otros objetos: desde una rama de olivo de oro, hasta una bandera, un martillo, una pluma de halcón y un palo de golf. Todos ellos fueron utilizados o bien para demarcar la presencia de alguna nación (EE.UU., en particular, el único país que puso seres humanos sobre la Luna) o para probar los efectos de la falta de gravedad.
William Barry, historiador jefe de la NASA, considera que en la Luna podrían haber quedado 181.000 kilos de residuos humanos. En esas 181 toneladas se incluyen las cinco sondas Ranger que allí reposan. La mayoría de esos desechos pertenece a las misiones estadounidenses Apolo. Pero también hay restos provenientes de la ex URSS y, más recientemente, de China, Japón, India y Europa.
La polémica sobre ese grado de contaminación que el ser humano está dejando en el Espacio, atraviesa al universo científico. De hecho, el propio Barry de la NASA, señala: “Los futuros visitantes de la Luna querrán ver los antiguos lugares de las misiones Apolo y ver los equipos que usaban la NASA, Europa, la agencia rusa y otros países”. Algo así como una "Arqueología Espacial".
Además de la Luna y Marte, hay vestigios de la mano del Hombre en Venus y en el satélite Titán de Saturno, más allá de aquellos que están orbitando cerca del Sol. Según la web spaceartefacts.com, que recopila al detalle todo lo que los terrícolas dejan en el Espacio, hay 160 objetos en la superficie de Marte, bastante más que los enumerados en la investigación de la Universidad de West Virginia mencionada anteriormente.
Una cifra similar (160) está presente en Venus, segundo planeta del Sistema Solar y que está ubicado a 40 millones de kilómetros de la Tierra. Allí los soviéticos fueron los primeros en incursionar (particularmente con las sondas Venera), cuyos restos quedaron prácticamente calcinados por las altísimas temperaturas. Pero también existen en la superficie venusiana otros objetos como placas con el logotipo de la URSS, restos de las cámaras de video de las sondas, elementos protectores, paracaídas, entre otros residuos.
Y hay 14 objetos humanos en la luna Titán (Saturno), a 3.000 millones de kilómetros y que está siendo estudiada por su "parecido" con nuestro planeta. Esos residuos pertenecen a la sonda que la agencia europea ESA logró hacer descender sobre su superficie en enero de 2005, en la región de Xanadú. También existe un resabio humano en Mercurio (91 millones de kilómetros) y hasta 500 orbitando al Sol (a 150.000 millones de kilómetros de la Tierra).
Así, con afán científico y exploratorio, el ser humano fue dejando su huella contaminante en el Espacio. Y exportado una práctica que ha provocado tanto daño en su propio hogar. Si en el futuro se cumpliese el objetivo de poder desarrollar la vida de las personas más allá de la Tierra, ya va a haber un triste adelanto, una prueba irrefutable, de lo que el Hombre puede hacer: llenar todo de basura. En su planeta y en el resto del universo.
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