Pasaron más de 200 días del inicio de la invasión rusa sobre Ucrania y el final no parece llegar. Ahora, mientras Putin anuncia la anexión de cuatro territorios ocupados, Zelensky pide que su país sea incorporado de manera urgente a la OTAN. Un escenario calcado de cuando comenzó el conflicto en febrero. Pero con miles de muertes y una destrucción impresionante.
Por Gabriel Michi
Es como una dramática película en loop. Un conflicto sin fin. La guerra de nunca acabar. El enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania no tiene un final a la vista en el horizonte, Muy por el contrario, los últimos hechos parecieran eternizarlo y hasta agravarlo. ¿Por qué? Porque cuando comenzó la invasión rusa el 24 de febrero pasado, hubo un preámbulo: el Kremlin había reconocido la supuesta independencia de las regiones separatistas del Donbás, cuyas autoridades locales -ilegítimas para Occidente- estaban en guerra con el gobierno ucraniano desde 2014 (fecha en la que Rusia también anexo Crimea- y, por otro lado, con el intento de justificación de Vladimir Putin de que esta "operación militar especial" se basaba en los avances en el intento de Volodymyr Zelesky para incorporar a Ucrania a la OTAN, algo que para Moscú era interpretado como una amenaza a sus fronteras.
Ahora, habiendo pasado más de 220 días del conflicto y con miles de muertos de ambos lados, además de una destrucción terrible -que habría generado pérdidas con cálculos que van de los 100.000 a los 350.000 millones de euros-, el escenario de aquel origen de la contienda parecen repetirse. En las últimas horas Putin decretó la anexión de las las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, luego de plebiscitos muy cuestionados en esas zonas donde más del 90% votó en favor de esa posición pero en la que participó una mínima porción de sus ciudadanos. Algo similar había ocurrido ocho años atrás con Crimea. Tanto los plebiscitos como esta decisión de anexar esas regiones son hechos rechazados de plano no sólo por Ucrania, sino por todo Occidente. Ahora, si Rusia los incorpora como propios, esos territorios correrán sus fronteras más a Este y en el sur sobre el Mar de Azov. Y logrará un corredor propio hasta Crimea. Y, si Ucrania con el apoyo de sus aliados intenta reconquistar esos territorios, el Kremlin lo va a interpretar como una agresión a un espacio propio y se defenderá con todo, según dijo el propio Putin. Y allí volvió a aparecer el fantasma de una respuesta nuclear.
Además, otro elemento del hoy, que retrotrae al origen de todo esto es el pedido que Zelensky le hizo a la OTAN para que incorporen a Ucrania dentro de ese bloque de manera urgente. Algo que había sido corrido del escenario en medio del conflicto con el objetivo de aflojar las tensiones con Rusia, pero que ahora volvió al escenario con la pretendida anexión rusa de estos territorios que representan, nada más y nada menos, que el 15% de la superficie ucraniana.
Sobre la anexión Putin señaló: "Rusia hará todo lo posible para garantizar la vida segura de su población y defenderá con todas sus fuerzas sus territorios. El colapso de la hegemonía occidental, que ha comenzado ya, no tiene vuelta atrás". Esa incorporación de territorios llega en un momento en el que la contraofensiva ucraniana había logrado grandes avances que llevaron a que el presidente ruso haga una convocatoria de emergencia a 300.000 reservistas y por la que se vio un éxodo masivo de hombres por las fronteras para no ser reclutados.
Por su parte, Zelensky dijo: "Damos un paso decisivo al firmar la solicitud de Ucrania para acceder a la OTAN de forma acelerada." Ahora hay que ver cuál es el posicionamiento del resto de los miembros de la organización ya que en el pasado hubo resistencias internas muy fuertes por los conflictos que esto podría representar frente a potencias como China y la propia Rusia. Pareciera un volver a empezar. Un conflicto sin fin. Una guerra de nunca acabar.
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