Gabriel Michi, creador y director de MundoNews, está en Israel cubriendo el conflicto para C5N. Imágenes de una realidad donde se combinan la destrucción, el dolor y la muerte.
Por Gabriel Michi
Desde Israel
Guerra. Esa palabra maldita que ha marcado la historia de la Humanidad. Esa palabra que encierra supuestos ganadores y perdedores. Pero que en realidad donde todos pierden. Porque sólo es sinónimo de destrucción, dolor y muerte. Y un nuevo capítulo del autodestructivo raid del ser humano se comenzó a escribir el sábado 7 octubre de 2023. Un masivo ataque del grupo Hamás desde la Franja de Gaza hacia el territorio de Israel produjo sorpresa y desazón. Al menos 1.200 terroristas ingresaron por distintos puntos de la frontera y cometieron una verdadera masacre en ciudades, kibuts, rutas y hasta en una fiesta electrónica. Asesinaron a más de 1.300 personas, hirieron a varios miles más y secuestraron a unas 200 de las que aún hoy, una semana después no se sabe nada. Israel respondió con ataques aéreos sobre la Franja de Gaza, lugar donde Hamás es amo y señor de la vida y de la muerte. El resultado fue que en poco más de 7 días al menos 2.000 palestinos murieron y miles resultaron heridos. Y se espera una descomunal ofensiva terrestre sobre Gaza, con las consecuencias que todo eso puede traer.
En el medio, las víctimas inocentes de multiplican. Durante la cobertura que venimos realizando para C5N, junto con el camarógrafo Ezequiel Pizzuto y el fixer local Shlomo Slutzky, hemos registrado esas postales del dolor. Y de la destrucción. Desde la misma ciudad de Tel Aviv, la más importante en Israel, hasta otras como Ashkelon, una de las más asediadas por los bombardeos de Hamás ya que se encuentra a sólo 13 kilómetros de la frontera de Gaza, Ashdod -a 35 kilómetros-, Jerusalén o Sderot, el poblado que se convirtió en la "zona cero" del ataque terrestre de los terroristas ese sábado negro. Allí alrededor de 350 milicianos tomaron las calles en camionetas y armas largas, asesinando a cuanta persona se cruzara por delante, pero con un objetivo en particular: destruir a la Policía local y apropiarse de sus armas. Y así lo hicieron. Fueron seis horas infernales donde los ciudadanos que sobrevivieron debieron esconderse donde pudieron mientras el Ejército intentaba recuperar la ciudad. Hoy Sderot es una ciudad fantasma: no queda nadie, sólo policías y militares. Y los rastros de la destrucción total. Sus habitantes (unos 30.000) fueron evacuados a hoteles de distintos puntos de Israel, como por ejemplo a los que están sobre el Mar Muerto, donde pudimos recoger el testimonio del argentino Diego Sciretta, quien permaneció escondido junto a su madre enferma por tres días porque aún había terroristas sueltos incluso en el patio de su casa.
Y la situación de los argentinos está omnipresente porque son muchos: se calcula que hay 90.000 viviendo en Israel, el 1% de la población total de ese país (9 millones de personas). Se sabe que al menos 9 argentinos murieron y otros 22 se encuentran desaparecidos o secuestrados por Hamás en la Franja de Gaza. En nuestra cobertura entrevistamos a Romina Shvalb, una cordobesa que hace 35 años vive en Israel y que no sabe nada del destino de su hermana Karina, de su cuñado Ronen Engelbert y de sus sobrinos Mika y Yuval, quienes se encuentran desaparecidos desde el sábado cuando terroristas de Hamás ingresaron en el kibutz Najal Oz y cometieron una verdadera masacre. Romina no sólo está desesperada por su familia sino por el resto de las personas que vivían en el lugar ya que ella las conoce porque trabajaba de maestra jardinera en ese kibutz.
Otro argentino que también está esperando noticias de personas que hoy están en condición de desaparecidas es Itzik Horn. Este hombre no sabe nada sobre el destino de sus dos hijos Yair y Eytan, quienes también estaban en un kibutz atacado por Hamás ese sábado sangriento y desde ese momento no sabe nada de ellos. Como también le ocurre a Alex Sherman y su familia que buscan desesperadamente tener información de su hijo Ron (sobrino del cantante Leon Gieco) que con 18 años estaba haciendo el Servicio Militar Obligatorio en una base militar fronteriza cuando los terroristas ingresaron y, según se ve en un desgarrador video, se lo llevaron secuestrado.
Estas son sólo algunas de las historias que tocan en forma directa a la Argentina ya que sus protagonistas tienen algún vínculo con el país. Centenares de compatriotas pudieron ya alejarse del conflicto en Israel gracias a los vuelos dispuestos (dos por día) por la Cancillería argentina. Y así lograron dar un poco de alivio a sus familias. En total cerca de 1.500 connacionales se anotaron para poder tener ese "salvataje".
Mientras tanto, otros ciudadanos de Israel y otras partes del Mundo no tienen esa suerte y sus vidas corren peligro, si es que aún no la han perdido. Este capítulo de esta guerra comenzó ese sábado siniestro. Pero sigue escribiéndose cada día. Con sangre, destrucción y muerte. Y con dolor. Mucho dolor.
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