Un demoledor informe refleja que en la región las mujeres sufren mucho más la inseguridad alimentaria que los hombres: la diferencia es de 11,3%, muy por encima del resto del Mundo.
Por Tomás Michi
Latinoamérica es la región más desigual del Mundo. Y dentro de esas inequidades, aquellas atravesadas por diferencias entre géneros tienen un rol especial. Ahora, en un cóctel letal y doloroso, esa brecha también se proyecta en torno a otra injusticia social: la del hambre. Las mujeres de América Latina sufren mucho más inseguridad alimentaria que los hombres. Mientras que a nivel global, la diferencia entre ambos géneros tiene un promedio de 4 puntos porcentuales (31,9% de las mujeres sufren hambre frente al 27,6% de los hombres) en esta región esa brecha se agiganta, llegando a 11,3 puntos porcentuales. Es decir, casi tres veces más que en el promedio mundial. Es la zona más desigual del planeta en esa materia. Como en tantas otras.
En el marco del fin de la Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde se hizo hincapié en el compromiso de los miembros en colaborar para afrontar "las numerosas crisis y múltiples desafíos de nuestra época, como la inseguridad alimentaria, la pobreza, las desigualdades" y a luchar contra "las formas múltiples e interrelacionadas de discriminación y violencia de género", un nuevo alerta por esta desigualdad azota. El impactante informe de la ONG Acción contra el Hambre (ACH) dejó al descubierto esta realidad preocupante: existe una potenciación regional de esa brecha de género en víctimas del hambre que se da en el mundo. Y el escenario de esa acentuación es América Latina y el Caribe. "En ninguna otra región del mundo la brecha entre hombres y mujeres que padecen inseguridad alimentaria es tan amplia como en aquella", se lamentó la responsable geográfica para América Latina de Acción contra el Hambre, Benedetta Lettera. La feminización de la inseguridad alimentaria y el estudio que la analiza.
En el informe "Mujeres en la Lucha contra el Hambre", la ONG busca visibilizar las necesidades imperantes de las mujeres en los territorios latinoamericanos en los que trabaja. La desigualdad, la exclusión y la violencia las ubica en una situación de mayor vulnerabilidad frente al hambre. "La pobreza parece haberse estancado en niveles de la década pasada. Es fundamental abordar estas problemáticas desde una perspectiva de género y tomar medidas concretas para reducir las desigualdades y la violencia", agregó Lettera. En ese sentido, la referente de Acción contra el Hambre dijo que "a nivel global, la diferencia es de más de cuatro puntos porcentuales, con un 31,9% de mujeres y un 27,6 % de hombres. Sin embargo, en América Latina, esta brecha se amplía a 11,3 puntos porcentuales, la más pronunciada del mundo. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar esta desigualdad y garantizar la seguridad alimentaria de las mujeres en la región".
DOS CARAS DE LA MONEDA
Además, según un análisis de la ONU, en 2023 hay 735 millones las personas que sufren hambre en el mundo, en comparación con los 613 millones de 2019. Se sumaron más de 122 millones más de las que había hace 4 años antes de que estalle la pandemia por el COVID 19. Entre los motivos principales se destacan las múltiples crisis, políticas y económicas en muchos países; algunos son conflictos locales, pero también otros más extendidos en sus consecuencias como la guerra en Ucrania. Al principio de esa contienda bélica, en febrero de 2022, la guerra bloqueó la exportación de productos agrícolas ucranianos y la venta del petróleo ruso. Ambas medidas produjeron un incremento de los precios en todo el Mundo, especialmente de los alimentos.
De acuerdo al informe, la única región que mostró un progreso en cuanto la seguridad alimentaria es América Latina, especialmente Sudamérica, pese a mantener sus estadísticas en materia de desigualdad. En el Caribe, los desnutridos en relación a la población total fueron en 2004-2006 el 18,4%, pero Haití superó ampliamente esa cifra llegando al 51,8% de la población. Entre 2020 y 2022, la desnutrición disminuyó en ambas casos: en el Caribe llegó al 15% y Haití, en particular, al 45% de la población. Por su parte, en América Central, los países que más sufrieron la desnutrición de su población en 2004-2006 fueron Guatemala (19,4%), Honduras (22,6%) y Nicaragua (22,9%); no obstante, en 2020-2022 Guatemala disminuyó al 13,3, Honduras al 18,7% y Nicaragua al 17,8%. En el caso de América del Sur, los países con más personas desnutridas en el período 2004-2006 fueron Bolivia (27,1%), Ecuador (22,3%) y Venezuela (8,3). Sin embargo, en el período 2020-2022, Venezuela aumentó al 17,8% mientras los otros Estados disminuyeron: Bolivia bajó al 19,1 y Ecuador al 13,9%. Los tres países con menos problemas en este sentido en Sudamérica son Chile (3,2 y 2,5%en 2004-2006 y 2020-2022 respectivamente), Uruguay (2,9 y 2,5%) y Argentina (3,8 y 3,2%).
La falta de acceso constante y suficiente de alimentos que contribuyan a la nutrición para llevar a adelante una vida segura y saludable representa un fenómeno tan doloros como la inseguridad alimentaria. Lo sufren individuos, hogares o comunidades enteras a causa de factores como la pobreza, los desastres naturales, los conflictos armados, las fluctuaciones económicas y las barreras para acceder a los alimentos. En América Latina y el Caribe, son varios los motivos que hacen a esta inseguridad alimentaria, y son:
Pobreza: millones de personas viven en condiciones precarias.
Desigualdad económica: la distribución del ingreso y la riqueza es un problema importante en muchos países de la región, que a su vez es la más inequitativa del planeta.
Desafíos en el sector agrícola, tanto en la producción y distribución de alimentos.
Cambio climático y desastres naturales: América Latina y el Caribe están expuestos a eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones.
Conflictos armados y crisis humanitarias.
No obstante, pese al buen pronóstico de la ONU, hay una realidad que no se puede negar: la brecha de género en víctimas del hambre. Frente a esta desigualdad, Lettera instó: "Es hora de actuar con determinación y solidaridad. Exhortamos a los líderes presentes en la Cumbre a asumir su responsabilidad y trabajar para asegurar que las mujeres de América Latina tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos, así como a oportunidades para empoderarse y ejercer sus derechos en un entorno seguro y libre de violencia". Y añadió: "sólo a través del compromiso mutuo" se podrá "construir un futuro más justo y equitativo para todas las personas en la región". "Hay poco que celebrar si se analiza la situación de las mujeres", quienes se ven "afectadas de forma desproporcionada por las crisis sanitarias y económicas, especialmente en los relacionado con acceso a alimentos, nutrición, salud y condiciones económicas", dijo.
"Mujeres en la Lucha contra el Hambre" recopila datos de mujeres de Honduras, Nicaragua, Guatemala, Colombia y Perú, y muestra una situación impactante producto de la violencia de género, la migración, la salud sexual y reproductiva, la seguridad alimentaria y el acceso a medios de vida. Distintas organizaciones piden que se atienda esta problemática que, a pesar de mostrar leves mejoras según algunos informes, debe atacarse de raíz. Porque sino no sólo Latinoamérica seguirá padeciendo la injusticia de ser la región más desigual del Mundo, sino que tampoco logrará afrontar una brecha doblemente dolorosa: la de las mujeres que sufren mucho más el hambre que los hombres.
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