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Los insólitos casos de las ballenas que engullen personas

  • Foto del escritor: MundoNews
    MundoNews
  • 13 feb
  • 4 Min. de lectura

En el sur de Chile una jorobada se "tragó" por unos segundos a un joven en un kayak al que escupió enseguida. No es el único caso en los últimos años. Qué dicen los especialistas.


Por Gabriel Michi


El músico venezolano Adrián Simancas fue "engullido" y escupido por una ballena jorobada en el sur de Chile.
El músico venezolano Adrián Simancas fue "engullido" y escupido por una ballena jorobada en el sur de Chile.

La situación aparece imaginada en relatos bíblicos como el de Jonás. Incluso en cuentos como Pinocho. Y durante mucho tiempo se pensó que todo formaba parte de las fantasías más alejadas de la realidad. Sin embargo, no es así. Aunque es algo extraordinariamente extraño, ha habido más de un caso de gigantescas ballenas que engullen a seres humanos, incluso con sus embarcaciones. Y el fiel reflejo de eso ocurrió hace apenas unos días en el extremo sur de Chile, en el Estrecho de Magallanes. Allí Adrián Simancas, un músico venezolano de 24 años se encontraba practicando packraft en un kayak especial junto a su padre –que estaba en otra embarcación- cuando sorpresivamente desapareció de su vista. Una ballena jorobada se lo “tragó” antes de escupirlo segundo después, sin siquiera lastimarlo. Si todo eso no hubiese quedado registrado por la cámara de su padre quizás mucha gente no lo podrían creer. Pero fue así. El insólito episodio ocurrió el pasado 8 de febrero en las aguas cercanas al Faro San Isidro en Punta Arenas, cuando la ballena jorobada emergió inesperadamente desde las profundidades con su gigantesca boca abierta para atrapar comida, pero en el final del recorrido engullo al joven y su bote antes de expulsarlo nuevamente a la superficie. Adrián señaló que no entendía lo que estaba pasando y que pensó que moriría. “Vi algo entre azul y blanco que me pasa cerca de la cara, y luego me hundí, pensé que me había comido”, contó después a los medios. Su padre, Dell Simancas, un anestesista de 49 años que vive en Chile, intentaba llevarle tranquilidad mientras escapaban del lugar tras la traumática experiencia.


El caso generó un impacto muy fuerte en todo el Mundo. Sin embargo desde el mundo de la ciencia quisieron llevar tranquilidad explicando que es algo muy poco habitual y que las ballenas no comen seres humanos. Es más, la propia fisonomía de sus gargantas impedirían a ejemplares como este (la ballena jorobada) poder tragar a una persona ya que aún en su momento de mayor ensanchamiento ese ducto es muy estrecho. Nicola Hodgins de Whale and Dolphin Conservation explicó en su momento que la garganta de una ballena jorobada “tiene el tamaño aproximado de un puño humano y se extiende solo unos 38 centímetros de diámetro, lo que limita considerablemente la posibilidad de que ingiera presas tan grandes como un ser humano”. Por eso es tan excepcional que casos como el de este joven venezolano se den en realidad. Sólo ocurren en circunstancias muy extrañas en las que coinciden la localización de los humanos con el área en la que este tipo de ballenas emergen en para alimentarse de peces o crustáceos que están cerca de la superficie.






Hubo un antecedente muy recordado ya que fue retratado en un documental titulado “In the whale” (“En la ballena”). Fue el de Michael Packard, quien en 2021 fue “tragado” por una ballena jorobada en Cape Cod (Massachusetts, EE.UU.), mientras practicaba buceo. Logró salir ileso luego de un corto lapso de tiempo en la boca del animal. Su compañero de travesía, Josiah Mayo, llamó desesperado al 911 para pedir auxilio porque su amigo tenía la pierna herida. Recuperado de semejante experiencia, Packard describió el aterrador momento en que se dio cuenta de que estaba en la boca cerrada de una de las criaturas más grandes del mundo. El buzo estaba a 13 metros de profundidad cuando sintió como “que un camión me golpeó y todo se volvió oscuro". Pensó lo había devorado un tiburón blanco (muy comunes en Cape Cod en verano), pero luego se dio cuenta de que no tenía dientes: "Dije: 'Dios mío, estoy en la boca de una ballena'", narró Packard. Y su coequiper completó: “Fue un gran chapoteo y una especie de sacudidas. Vi a Michael aparecer de repente entre el desastre y la ballena desapareció".


En esos momentos de terror en que Packard estuvo en la boca de la ballena contó que se enfrentó a una lucha inmediata en la boca dura y temblorosa de la ballena, y que tuvo que buscar el regulador de respiración que sele había perdido. Y, como el caso ocurrido en Chile, Packard también pensó que había llegado su final: "Así es como vas a morir. En la boca de una ballena", imaginó. "Simplemente estaba luchando, pero sabía que era una criatura enorme, no había forma de que pudiera salir de allí", recordó. Hasta que en un momento percibió que la ballena sacudía la cabeza y salió despedido fuera d ella. "Estaba flotando en la superficie y vi su cola y volvió a sumergirse, y pensé: 'Dios mío, salí de eso, sobreviví'", contó.


Michael Packard, en 2021, fue “tragado” por una ballena jorobada en Cape Cod (Massachusetts,  EE.UU.),
Michael Packard, en 2021, fue “tragado” por una ballena jorobada en Cape Cod (Massachusetts, EE.UU.),

Un año después, otro episodio similar ocurriría en los EE.UU. Ocurrió en Avila Beach (California) cuando una enorme ballena jorobada emergió a la superficie y engulló no a una persona, a dos: Julie McSorley y Liz Cottriel. Las mujeres estaban practicando kayak cuando de repente aparecieron dentro de la boca del gigantesco cetáceo. Segundos después fueron escupidas por la ballenas al agua y trasladadas a un centro médico local. Por suerte, no sufrieron heridas y fueron dadas de alta rápidamente.


Tanto en este como en los otros casos, los especialistas señalan que las ballenas no pueden tragarse a un ser humano, salvo una especie: según explicó un artículo de National Geographic, solo el cachalote tiene una garganta suficientemente grande como para hacerlo. Pero las ballenas jorobadas -que puede llegar a medir entre 15 metros (los machos) y 19 metros (las hembras) y pesar entre 30 y 48 toneladas- que protagonizaron estos incidentes tienen una garganta cuyo tamaño está diseñado para peces pequeños, así que, ninguno de los protagonistas de estas historias corrió ese peligro, Pero claro, es entendible el miedo al sentirse deglutido por semejante animal. Algo que sólo parecía ser posible en una fantasía biblíca o en algún cuento de pura imaginación.



En 2022, Julie McSorley y Liz Cottriel fueron "tragadas" por una ballena jorobada en California. Salieron ilesas.
En 2022, Julie McSorley y Liz Cottriel fueron "tragadas" por una ballena jorobada en California. Salieron ilesas.

2 Comments


Beatriz Cotello
Beatriz Cotello
Feb 14

Yo me acordaba de Jonás pero de los otros, ni idea. Me confirma en mi persuasión de que practicar deportes es peligroso. Será que la ballena no te puede tragar pero estar en esa caverna cerrada...la claustrofobia!

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pueblarte
Feb 14

Glup. No recordaba que había ocurrido otras veces

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