Jeff Bezos, con otros tres tripulantes, concretó su viaje de "turismo espacial", una aventura sólo reservada para multimillonarios. El hombre más rico del Mundo -creador de Amazon- pudo atravesar la línea de Karman y regresar a Tierra sin problemas en apenas 10 minutos. La carrera galáctica entre los más ricos y la privatización del Espacio Exterior. Las curiosidades de esta misión, la feroz competencia y lo que se viene: vuelta a la Luna y conquista de Marte.
Por Gabriel Michi
Ya no es ciencia ficción. Ya no son los Estados. Ya todo está en manos del poder económico privado. Y nadie lo disimula. La privatización del Espacio es un hecho y ya tiene nuevos "dueños". Por lo menos, de las carreras espaciales con fines comerciales. El martes 20 de julio, aniversario número 52 de la llegada del Hombre a la Luna (en 1969), quedará en la Historia porque la persona más rica del Planeta salió de él y orbitó más allá de la línea imaginaria que lo separa del Espacio Exterior. Jeff Bezos, creador de Amazon, encabezó la primera misión privada desde Texas que, con más tripulantes particulares, cruzó la Línea Karman (a 100 kilómetros de altura), estuvo suspendido en ese lugar donde se vislumbra la curvatura de la Tierra y regreso poco minutos después en un aventura que fue exitosa de principio a fin.
Si bien es cierto que en esta carrera espacial entre privados, Bezos fue primeriado por el británico Richard Branson quien el 11 de julio (9 días antes) tuvo su propia misión autofinanciada con su avión espacial supersónico desarrollado por su compañía (Virgin Galactic), éste llegó a unos 80 kilómetros de altura y no atravesó la Línea de Karman, considerara la frontera con el Espacio Exterior. Algo que sí hizo Bezos y sus acompañantes. El multimillonario, creador de la empresa de desarrollos espaciales Blue Origin -a la que pertenece el proyecto- viajó hasta allí junto a su hermano Mike, la aviadora estadounidense Mary 'Wally' Funk, de 82 años, y el joven estudiante Oliver Daemen, de 18 años. El caso de la piloto "Wally" es muy especial no sólo por haber sido la persona de mayor edad en llegar al Espacio sino porque su historia fue muy famosa por haber sido excluida por el Estado norteamericano de otras misiones, hace 60 años, por su condición de mujer. En tanto, también es particular el caso de Oliver Daemen, no sólo por ser la persona más joven en llegar al Espacio sino porque se embarcó gracias a que su padre pagó 28 millones de dólares en una subasta solidaria para reservar un lugar.
En un viaje de 10,18 minutos, impulsado por el cohete New Shepard -que regresó a Tierra sin inconvenientes y que increíblemente es reutilizable- Jeff Bezos conquistó su sueño más preciado. Tras el aterrizaje exitoso señaló exultante que fue el "mejor día de todos". La piloto "Wally" Funk, a la que no le permitieron ser astronauta en la misión "Mercury 13" hace seis décadas, tuvo su revancha y también festejó: "el viaje fue increíble". El hermano de Jeff Bezos, Mark, dijo: "Estoy increíblemente bien". Por su parte, Oliver Daemen, recién graduado de la secundaria con 18 años, fue el primer cliente pago de Blue Origin, y su padre, un inversor, compró su boleto que se liberó en realidad porque hubo otra personas desconocida -que lo antecedía en la lista- que desistió del viaje por "problemas de agenda". La cápsula de la tripulación alcanzó 105 km de altura y el a una velocidad máxima de 3.595 km/h.
A sus 57 años, Bezos sueña que con su empresa Blue Origin -a la que fundó en el año 2000- ir más allá del Espacio que rodea a la Tierra. Su aspiración máxima es llegar a que en unos años se puedan construir colonias flotantes con gravedad artificial y que allí se puedan instalar millones de personas. Pero para eso falta mucho. Ahora el proyecto más inmediato -más allá de los próximos viajes del New Shepard, dos más antes de fin de año- es el desarrollo del cohete orbital New Glenn y un módulo de aterrizaje lunar cuya operación busca ser contratada por la NASA. Vale decir que antes de que el New Shepard trasladase a humanos al Espacio - y nada más y nada menos que a su propio dueño- realizó otros 15 vuelos sin tripulación. El objetivo fue probarlo y asegurarse que los mecanismos de seguridad funcionasen a la perfección, garantizando entre otras cosas el desprendimiento sin riesgo de la cápsula que conduciría a las personas, y que ésta respondiese adecuadamente con el sistema de tres paracaídas para aterrizar, tal como lo hizo este 20 de julio.
Una carrera sin igual
Pese a que la carrera especial entre privados ya se desató, sus protagonistas quieren restarle el tono de competencia. Por lo menos así surge de las palabras tanto de Bezos como de Branson. El fundador de Blue Origin y Amazon señaló: “Hay una persona que fue la primera persona en el Espacio, su nombre era Yuri Gagarin, y eso sucedió hace mucho tiempo”. La referencia apuntaba al cosmonauta soviético que fue el precursor de este tipo de viajes galácticos allá por 1961. Bezos también argumentó: “Esto no es una competencia, se trata de construir un camino hacia el Espacio para que las generaciones futuras puedan hacer cosas increíbles allí”. Esta sintonía entre ambos también estuvo graficado en el tuit que Branson hizo público ni bien la misión de Bezos tocó Tierra.
Ahora bien, esa carrera tiene también a otro protagonista que suele rivalizar con Bezos. Se trata de Elon Musk, dueño de la empresa de autos eléctricos Tesla, fundador de PayPal y otro de los hombres más ricos del Mundo. Musk es propietario de la compañía SpaceX que desarrolla potentes cohetes que pueden entrar en órbita alrededor de la Tierra y que incluso han llevado carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI).
SpaceX resultó ganadora de un contrato con la NASA para construir el módulo de aterrizaje lunar, en medio de un proceso por el que la agencia estadounidense pretende regresar con humanos al satélite en el año 2024. Justamente allí la competencia con Blue Origin se hizo sentir, pero fue finalmente la compañía de Musk la que se quedó con el contrato.
Pero Musk tiene un sueño aún más lejano: enviar una nave espacial a Marte en 2022. La idea de colonizar el "Planeta Rojo" es algo no lejano en sus ambiciones. Ese envío original sin seres humanos se completaría antes del final de la década con misiones ya con personas a bordo dispuestas a depositar sus pies sobre Marte. Algo que la propia NASA estima poder concretar en 2030.
En esa disputa entra también el multimillonario británico Richard Branson, pero con un desarrollo diferente: un avión cohete creado por su compañía espacial Virgin Galactic y que logró anticipar a Bezos con su vuelo suborbital de comienzos de julio
Existen otros proyectos privados en esta nueva carrera espacial. Por ejemplo, hay planes para lanzar estaciones espaciales privadas antes del 2030. En la nómina figura Axiom, una compañía iniciada por un antiguo gerente del programas de la EEI de la NASA.
Lo cierto es que esa carrera espacial, antes sólo protagonizada por los Estados, hoy tiene poderosos jugadores privados que, con sus fortunas multimillonarias, desarrollan proyectos cada ves más ambiciosos. Son miles de millones de dólares que muchos señalan se podrían utilizar en cosas más productivas, como ayudar al combate a la miseria en el Mundo o la lucha contra determinadas enfermedades. Lo concreto es que en sus planes está poder organizar un turismo espacial de elite para los pocos privilegiados que puedan pagarlo. Una aventura que significa una suerte de "privatización" de algo que es común a toda la Humanidad. Y que ahora detentan unas pocas manos. Algo impensado hasta ahora. Así, los nuevos "dueños" del Espacio llegaron para para conquistarlo todo.
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