El caso de Debanhi Escobar, una joven que estuvo desaparecida por varios días y que finalmente fue encontrada muerta, conmueve a toda la sociedad azteca. En su búsqueda hallaron los cuerpos de cinco chicas. Un caso que desnuda un drama permanente: 10 mujeres son asesinadas por día. En un país que convive con el desgarro de 100.000 desaparecidos.
Por Gabriel Michi
La "Caja de Pandora" del horror se abre a cada momento en México. En cada escenario. Ante cada historia. Y en una cadena indescifrable donde una tragedia puede desenterrar muchas otras. Eso es lo que en evidencia, una vez más, con un caso que ha conmocionado en los últimos días a los mexicanos. La desaparición de la joven Debanhi Escobar, en Monterrey, movilizó e impactó a la opinión pública y desbordó los medios de comunicación y las redes sociales. El hallazgo de su cuerpo, varios días después, fue un golpe muy duro para todos. Pero no fue el único shock para una sociedad que vive sumergida en medio de una catarata de noticias de violencia sin descanso: en medio de la búsqueda de Debanhi encontraron los cadáveres de otras cinco mujeres que también estaban desaparecidas. Otra muestra de cómo una tragedia desenterró muchas otras. Esa "Caja de Pandora" infinita donde todo remite al dolor. Y al horror.
En los 13 días de búsqueda incesante de Debhani Escobar (desde el 9 de abril al 22), se encontraron los cuerpos de Irlanda Marcela Ramírez Martínez, Ingrid Guadalupe Castillo Ríos, Brisa Anahí Porras Cerda, y Jenifer Nicool Almaguer Vargase (todas ellas, menores de edad), y de Irma Hernández Cruz, de 19 años. Ellas fueron reportadas como desaparecidas entre el 15 y el 19 de abril. En el caso de Irlanda e Ingrid, su misterio empezó en el mismo barrio que Debhani. Lo que demostró que el fenómeno del secuestro de mujeres y de los femicidios está, lamentablemente, muy extendido en México. Y que, muchas veces, la recurrencia y repetición de hechos, sumado a la impunidad de los mismos, lleva a cronificación tal que hace que esas búsquedas se esfumen con el tiempo.
Mientras se extendió ese agujero negro en el que Debhani no era hallada, distintos colectivos feministas salieron a las calles de Monterrey, capital del Estado norteño de Nueva León, para exigir que su búsqueda no cese. Y después, una vez que encontraron sus restos en un contenedor de agua de un motel, lo hicieron para reclamar justicia y el esclarecimiento del caso. Como el de tantos otros, entre ellos, los de las otras cinco jóvenes que aparecieron asesinadas.
Esas protestas se extendieron también a otras ciudades del país, como el propio Distrito Federal. Allí estuvo Araceli Osorio, madre de Lesvy Osorio, que fue asesinada y atada a una cabina de un teléfono público en una zona cercana al Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quien denunció cómo esta dramática realidad de mujeres que son secuestradas y después aparecen muertas o directamente nunca son halladas se ha vuelto algo tristemente cotidiano.
Por su parte, Baruc Sánchez, hermano de Wendy Sánchez, joven desaparecida desde el 9 de enero 2021, publicó en su Twitter: “Buscando a Debanhi encontraron a Irlanda, Ingrid, Jenifer, Brisa e Irma. El Estado sólo busca cuando existe presión sobre de él, por eso se los digo si un familiar les hace falta salgan, cierren avenidas, hagan plantones, lo necesario para crear presión”.
El caso de Debhani tomó un vuelo y una repercusión especial. La actitud de sus amigas en la noche de la desaparición y del remisero que tenía que llevarla a la salida de la fiesta a la que había concurrido, despertaron todo tipo de polémicas. Además de la tardía reacción de la Justicia. El mismo padre de la víctima, Mario Escobar, denunció que la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León "no hizo bien su trabajo". Las autoridades señalan que ellos protagonizaron "una búsqueda masiva". Sin embargo, Debanhi fue encontrada por civiles, en la misma zona en donde fue vista por última vez.
Aquella madrugada del 9 de abril Debanhi acudió a una fiesta de la que varias amigas se fueron pero ella se subió en un taxi, del que descendió en una ruta que conduce de Monterrey a Nuevo Laredo. El conductor del vehículo de alquiler aparentemente intentó tocarle los pechos, por lo que la joven de bajó del auto y él la fotografió parada a la vera del camino. Esa es la única imagen que se conoció de ella.
Hoy la desaparición y muerte de esta joven trajo a la luz lo que es un secreto a voces. La punta de un iceberg de una situación mucho más grande. Y que arroja datos desesperantes:
- En México más de 10 mujeres son asesinadas cada día.
- Sólo en 2021 hubo más de 1.000 feminicidios.
- En el Estado de Nueva León, donde ocurrieron estos hechos, en lo que va del 2022, explotó una verdadera ola de desapariciones de mujeres en la que al menos 30 aún no fueron localizadas.
- Es más, 1.789 mujeres están sin localizar, de acuerdo con Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) en Nueva León.
- Si se toma la población en general de Nueva León, ya hubo 1.600 denuncias de desapariciones de personas en lo que va del año, 829 de ellas siguen figurando como desaparecidas, y 16 fueron encontradas muertas.
Como contó MundoNews en su nota "México: el misterio de los 100.000 desaparecidos" esta dramática realidad se viene repitiendo desde hace años. Así lo demuestran las estadísticas. Pero se ha acelerado en los últimos tiempos. En particular el fenómeno de los secuestros se disparó sobre víctimas mujeres. Muchos de ellos terminan en femicidios. Otros caen en un agujero negro en el que nadie sabe cuál fue su destino. Y es así cómo un caso tapa al otro. Y la impunidad se asocia con el olvido y la injusticia. Pero el dolor nunca desaparece. Está latente. Desgarra.
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