El CEO de la principal compañía de seguros en esa materia de EE.UU. fue asesinado a quemarropa en el corazón de Manhattan. El "killer" -que está prófugo- usó balas con inscripciones que podrían vincularse con las demandas por la no atención de pacientes.
Por Gabriel Michi
Un crimen. Muchas preguntas. Y mil sospechas. Un hecho conmocionante. En un lugar emblemático. Con una víctima poderosa. Y un asesino profesional. En pleno corazón de Manhattan, Nueva York, Brian Thompson (50), director ejecutivo de la empresa de seguro de salud más importante de EE.UU., UnitedHealthcare, fue ejecutado a quemarropa por un desconocido que huyó del lugar y aún está prófugo siendo intensamente buscado por la Policía. El crimen ocurrió frente a un lujoso hotel de Midtown, el Hilton (en la Sexta Avenida), en lo que los investigadores describen como “ataque descarado y selectivo”. El asesino utilizó un silenciador y hasta pudo destrabar el arma -que había tenido un problema técnico- y seguir disparando, lo que demostraría que podría ser un "killer" profesional. Las balas tenían inscripciones muy sugestivas: decían "negar", "deponer" y "defender", tres palabras muy similares a las utilizadas en un libro donde se denunciaba las repetidas mecánicas por las que las empresas de salud privadas rechazan los pedidos de tratamiento de sus pacientes. Esa podría ser una de las claves detrás de este asesinato contra el directivo de esta compañía que factura unos 372.000 millones de dólares cada año (equivalente a un 60% del PBI de Argentina), tiene casi 60 millones de afiliados y unos 100.00 empleados en el Mundo.
El libro en cuestión fue publicado en Estados Unidos en 2010 en el que se denuncian las prácticas que llevan a cabo las aseguradoras para no pagar las reclamaciones de sus clientes: "Delay, Deny, Defend" ("Retrasar, negar, defender"). Su autor es Jay M. Feiman. En eso se basan parte de las sospechas. Según la comisionada del Departamento de Policía de Nueva York, Jessica Tisch, el crimen fue "premeditado". En el mismo sentido, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, aseguró que el incidente "no parece un acto de violencia al azar", dejando entrever que quien efectuó los disparos había recibido órdenes de matar al ejecutivo quien, según su propia familia, estaba amenazado de muerte. Así lo confirmó su esposa, Paulette, y la ¨Policía ya contaría con más elementos al respecto que ratificarían .
El asesino efectuó al menos tres disparos que impactaron en la espalda y la pantorrilla derecha de Thompson, quien cayó agonizante en la calle y murió poco después en la Clínica Mont Sinaí. El ejecutor huyó a pie, fue hasta un callejón y se escapó en una bicicleta eléctrica. El Departamento de Policía de Nueva York publicó una fotografía del sospechoso encapuchado parado frente al mostrador del Starbucks en West 56th Street y 6th Avenue, a pocos minutos del hotel Hilton donde cayó abatido el empresario quien ocupaba el cargo de director ejecutivo de UnitedHealth desde abril de 2021. El hombre de negocios -que había si ingresado en la compañía en 2004 y cobraba un salario de 10 millones de dólares anuales- es uno de los ejecutivos de la empresa que esta siendo investigado por el Departamento de Justicia. En su caso, por haber ejercido opciones y vendido acciones por valor de 15,1 millones de dólares el 16 de febrero, menos de dos semanas antes de que se hicieran públicas las noticias de la investigación antimonopolio federal. Luego el precio de las acciones cayó bruscamente después de la revelación de que el Departamento de Justicia estaba investigando si la compañía había realizado adquisiciones que consolidaron su posición en el mercado en violación de las leyes antimonopolio.
No es el primer problema que tiene la compañía y sus directivos. A principios de este año, UnitedHealth fue víctima de una de las mayores violaciones de datos sanitarios en la historia de EE.UU.: por lo menos un tercio de los datos privados de los estadounidenses (incluidos potencialmente los números de Seguridad Social) se vieron comprometidos en el ciberataque. La empresa terminó pagando a los piratas informáticos un rescate de 22 millones de dólares para poder recuperar esa información. Eso quedó expuesto incluso en el Congreso nacional ya que debió dar explicaciones uno de sus máximos directivos: Andrew Wity. Sin embargo, el costo financiero fue mucho mayor: alrededor de 705 millones de dólares. Ahora la empresa se enfrenta a un desafío muy distinto: la posibilidad de que en este brutal crimen se esconda en realidad una venganza por alguna negativa a un tratamiento de alguno de sus afiliados, una de la sospecha más firmes que hoy guían la investigación, mientras se busca desesperadamente al "killer".
Hasta el momento lo que los investigadores saben del asesino que llegó a la ciudad de Nueva York en un autobús interestatal Greyhound el mes pasado. Hay registros de su paso por a terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria en Manhattan el 24 de noviembre después de que el vehículo partiera de Atlanta, Georgia. Después de llegar a la "Gran Manzana", se registró en el HI New York City Hostel en el Upper West Side. En los días siguientes habría estado vigilando las cercanías del Hotel Hilton en Midtown, donde asesinaría a Thompson en la madrugada del miércoles 4 de diciembre. Según la información que maneja la Policía, se fue del albergue juvenil por una noche antes de regresar en un Uber un día después, el 30 de noviembre, para volver a reservar una habitación con una identificación falsa de Nueva Jersey.
Entre las imágenes que distribuyó la Policía -ofreciendo una recompensa de 10.000 dólares a quienes brinden información para llegar al asesino- hay una en la que se lo ve con el rostro desenmascarado del asesino por primera vez mientras sonreía en el vestíbulo del albergue. Según dicen sólo se bajó la máscara porque estaba “coqueteando” con la recepcionista, y ella le pidió ver su cara. En ese lugar el FBI registró su habitación (que compartía con otras dos personas) pero no obtuvieron mayores indicios. Mientras se pericia el teléfono que el hombre tiró cuando huía: el criminal fue visto haciendo una llamada por teléfono mientras se dirigía al hotel en la Sexta Avenida. También se analiza el ADN en las botellas de agua que compró en el Starbucks. Sin embargo, aún habiendo dejado semejante cantidad de pistas, la identidad y el destino del pistolero sigue siendo un misterio. Como la motivación de semejante crimen. Un crimen que podría desnudar las pujas contra las empresas de salud privado.
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