En medio de crisis energética global por la guerra entre Rusia y Ucrania, un argentino preside la OIEA, máximo organismo mundial en la materia y negocia con Putin y Zelensky para evitar un desastre en Zaporiyia. El país está al frente de otra organización que supervisa a las naciones con capacidad de ser proveedores de esos recursos. Y, junto a China, son los dos únicos Estados que están construyendo las mini plantas atómicas, el sueño de las mayores potencias. La titular de la CNEA explica los alcances en otros usos de la vida cotidianas.
Por Gabriel Michi
Más de siete décadas de historia en la investigación y el conocimiento en la energía nuclear han ubicado a la Argentina en un sitial de vanguardia en la materia a nivel mundial. Una energía que todos los actores del sector aclaran, una y otra vez, que es para la paz. Lejos de los fantasmas que suelen agitarse en el imaginario colectivo tan marcado por tragedias nucleares como las de las centrales de Chernobyl (en la ex URSS en 1986) o Fukushima (Japón, 2011) o de las atroces imágenes que generaron las dos bombas atómicas lanzadas por EE.UU. sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki (1945). Muy lejos de eso, acá en la Argentina, el desarrollo de la energía nuclear fue impulsado en función de la paz y de sus usos en las más variadas disciplinas de la vida cotidiana, como por ejemplo en la Medicina.
Es tal el nivel de compromiso y la capacidad de los investigadores del sector que su prestigio alcanzó los lugares más importantes del mundo en esta materia. Por ejemplo, el argentino Rafael Grossi preside la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Austria. Ese es el máximo organismo nuclear del planeta. Desde ese lugar es que el propio Grossi visitó recientemente la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, que está en riesgo por los permanentes combates entre Rusia y Ucrania. Y lo hizo en medio de bombardeos y aún con el peligro que eso representaba para el propio Grossi y quienes lo acompañaron en la misión. Querían corroborar qué nivel de amenaza real había en el lugar. Y, según le comentó el pasado viernes a este periodista en Tecnópolis (durante su breve visita al país), "hay un riesgo real. La central está muy fragilizada, está siendo atacada y hay que protegerla". Por eso, luego de esa misión, se reunió primero con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky y luego con el líder ruso Vladimir Putin, para mediar en el conflicto y evitar una catástrofe que podría ser 10 veces peor que la de Chernobyl. Y en esa negociación logró el compromiso mutuo de seguir avanzando en las conversaciones aunque no llegó aún al acuerdo que busca. Así se lo contó a MundoNews.
Pero Rafael Grossi es claro. Más allá de sus indiscutibles cualidades personales y profesionales, reconocidas a nivel mundial y que le permitieron llegar hoy al más importante lugar en el planeta en materia de energía atómica, él se siente parte de una tradición de investigación y desarrollo que tiene que ver con el camino recorrido en esta disciplina por el país: "Hay un sector nuclear argentino que tiene 70 años y hay una diplomacia nuclear argentina que tiene también muchísimos años. Y en una elección siempre hay uno que gana y uno que pierde. Pero lo que si hay es una formación de recursos humanos, de actividades de décadas detrás de esto. Así que no es tan azaroso que haya llegado un argentino. Y también hay un elemento providencial", señala con respecto a las razones por las que él cree que llegó a ocupar la presidencia de la OIEA.
Lo que dice Grossi se ratifica en otro hecho: en actual embajador argentino en Viena, Gustavo Ainchil, fue elegido como presidente de Nuclear Suppliers Group (Grupo de Proveedores Nucleares) que es el que supervisa y decide qué materiales tienen que estar regulados por ese organismo porque pueden llegar a tener aplicación nuclear. Otro enorme logro de la Argentina, país que se encuentra a la vanguardia -pese a las limitaciones económicas frente a las grandes potencias- de la investigación nuclear.
Y otros de los logros recientes que tiene el país y que la ubican en ese lugar de privilegio es el avance obtenido en el desarrollo de una mini planta nuclear conocida como CAREM y que ya está construida en un 60% en la localidad bonaerense de Lima (donde se ubican las centrales de Atucha I y Atucha II). Hasta el momento sólo Argentina y China pudieron concretar esos avances, aunque haya más de 70 proyectos similares en el mundo, con tres específicamente en EE.UU.
Para entender por qué la Argentina se ubica en semejante sitial de reconocimiento mundial y dónde está parada la ciencia local, en qué está trabajando y cuáles son los desafíos que enfrenta, MundoNews entrevistó a la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis.
MundoNews: - Rafael Grossi, el argentino que preside la OIEA, asegura que haber llegado hasta ese lugar está relacionado con la tradición de más de 70 años de desarrollo nuclear en la Argentina…
Adriana Serquis: - Si. Hace 72 años se creó la Comisión Nacional de Energía Atómica. Hoy la Comisión tiene grandes proyectos como el Reactor Modular Pequeño, CAREM, el reactor multipropósito R10 que va a brindar radioisótopos o que va a reemplazar al actual. También tenemos otro gran proyecto en el área de Medicina Nuclear. Apuntamos a proyectos que tienen que ver con el área energética pero también otras aplicaciones como pueden ser la de energía nuclear a la salud y también a un montón de otras áreas desconocidas como el agro, los alimentos, el tratamiento de plagas… Hay infinidad de aplicaciones que son desconocidas y dentro de los proyectos o de los convenios de cooperación que firmó la Argentina, a través de la Cancillería con el Organismo Internacional de Energía Atómica, tiene que ver con dos de estas cuestiones: una con el área de la Medicina Nuclear y otro en el tratamiento del plásticos.
MundoNews: - ¿En Medicina Nuclear cómo se aplica?
AS: - En la Medicina Nuclear se habla siempre de dos ámbitos: Medicina Nuclear y Radioterapia. La Medicina Nuclear utiliza radioisótopos, es decir, átomos que se activan para que queden con capacidad de irradiar, y se los apunta con algún tipo de fármacos que se instalan en un lugar donde el cuerpo tiene algún problema; particularmente cáncer o algún otro tipo de diagnóstico. Toda el área de la Medicina Nuclear se ocupa de coordinar esa posibilidad de tener un indicador donde está esa enfermedad con la posibilidad de utilizar tomógrafos o rayos que sacan imágenes. Hay toda un área en la que los médicos ya no se imaginan cómo hacer diagnósticos sin estas tecnologías avanzadas. Todo eso sirve para poder realizar tratamientos de radioterapias con muchísima mayor precisión. La coordinación es fundamental. Lo que significa en el beneficio de la sobrevida, del bienestar del paciente, porque una vez que se identifica una enfermedad si se lo ataca exactamente donde está el tumor y no dañando los órganos que están alrededor, es parte de los objetivos de la Medicina Nuclear. Todo esto redunda en calidad de vida. Y lo que comentaba Grossi es que justamente son muertes evitables. Porque la enfermedad quizás no se pueda evitar pero sí se puede detener a tiempo, identificar a tiempo y tratar a tiempo.
MundoNews: - ¿Argentina es un país de vanguardia en energía nuclear?
AS: - Si. El mundo está tratando de establecer que además de las grandes centrales que se conocen con mucha potencia hay toda una nueva ola que son las Centrales Modulares Pequeñas. Ellas pueden proveer mayor seguridad frente al temor que a veces generan las grandes centrales nucleares y también porque tienen sistemas novedosos, pasivos seguros. Y tienen la posibilidad de ser financiadas de a poquito. Porque vas construyendo módulos, depende de la potencia que se requiera, y se pueden poner en lugares fuera de la red. En ese sentido nosotros estamos en un proyecto que es de vanguardia: es el proyecto CAREM, que se está construyendo en Lima, al lado de Atucha I y II. En el mundo hay más de 70 proyectos que están en eso pero la mayoría está sólo en papeles, en la parte del diseño del concepto. Nosotros tenemos el 60% del proyecto construido para poder validar este primer prototipo. Y el mundo está esperando a este proyecto. Hay sólo dos en construcción, el nuestro y el de los chinos; EE.UU. está empujando con tres proyectos más pero todavía no empezó a construir ninguno aunque sí los tiene validados algunos de los componentes, lo mismo que Inglaterra. Rusia tiene uno funcionando pero en un submarino, o sea que es otra cosa.
MundoNews: - ¿Son como micro plantas nucleares?
AS: - Pueden ser micro y hasta macro. Una central nuclear tiene 1.200 megavatios de potencia. Este prototipo tiene 32. La idea es que el módulo comercial tenga entre 100 y 120. Y se puede ir haciendo de a poco. Obviamente ocupa un edificio y el núcleo central es un cilindro de 3,5 metros. Es el primer reactor de potencia íntegramente diseñado y desarrollado en nuestro país por la CNEA. Y con la posibilidad después de exportarlo, que la tecnología ésta se pueda llegar después a exportar. Está en más de un 60%, la obra civil está en más de un 70%. Estos proyectos nucleares son a largo plazo (ninguno dura menos de 10 años) y este se empezó a construir en 2014, pero tuvo una parada grande con el gobierno anterior. Lamentablemente esos retrocesos nos implican volver para atrás. Porque no es que uno retoma desde donde dejó sino que se tiene que levantar los contratos caídos de una empresa que quebró, hay un montón de situaciones en las que nos costó mucho poner en marcha. Y, además, sobre todo por la pérdida de profesionales jóvenes que se van y que después cuesta muchísimo en recuperar. Lo que nos planteaba el sector metalmecánico es la necesidad de la continuidad y que esto tenga más del 70% de integración nacional; porque con esto estamos dando trabajo a un montón de empresas, metalmecánicas, la parte térmica, la eléctrica, un montón de empresas que están trabajando. De hecho a lo largo de la historia del proyecto ha habido contratos con más de 1.000 empresas. Por eso, todo esto es una gran inversión del país para poder hacer un desarrollo integral.
MundoNews: - El mundo está atravesando una crisis energética fenomenal a partir de la guerra entre Rusia y ucrania y se ha puesto mucho la mirada sobre el tema de la energía nuclear. De hecho Alemania ha tenido que retomar lo que había abandonado. ¿En la Argentina cuánto es lo que provee la energía nuclear al sistema energético general?
AS: - En este momento las tres centrales nucleares que están bajo la órbita de NASA (NucleoElectrica Argentina SA) proveen el 7% de la energía eléctrica de nuestro país. La expectativa es que podamos tener un programa para tener soberanía energética y las garantías de que no nos va a faltar energía y cumplir con la descarbonización que implica la lucha contra el cambio climático. Para eso se apunta a tener entre un 15 o 20%. Eso quiere decir que de acá a 30 años tenemos que estar pensando en un programa ambicioso. Y el compromiso de enfrentar el cambio climático es imposible de lograr solamente con las energías renovables. La energía nuclear es un excelente complemento para eso, porque es una energía de base, continua, que quizás las renovables no te pueden garantizar.
MundoNews: - El tema nuclear en general ha tenido mucha mala prensa a partir de Chernobyl, Fukushima, sin hablar de las bombas atómicas que arrojó EE.UU. sobre Japón… ¿La energía nuclear es segura?
- Es mucho más segura que otras industrias que nos pasan más desapercibido. La cantidad de muertes que no se ven y que tienen otras actividades es muchísima más alta. Toda actividad humana tiene un impacto. No lo voy a desconocer y no voy a desconocer el miedo que existe frente a estas imágenes que tenemos de Chernobyl o de Fukushima. Pero así como tenemos más miedo a volar en avión que en viajar en micro, viajar en avión es mucho más seguro que hacerlo en micro. Las estadísticas dicen eso. La cantidad de contaminantes y de factores es muchísimo menor en el sector nuclear y es una industria que tiene una contraparte de seguridad enorme. Tenemos una autoridad regulatoria independiente, que funciona así desde los ’90 por indicación de los organismos internacionales y es la que tiene normativas y licenciamientos de sus partes en las que se están trabajando muchísimo y se hace con muchísima seriedad. Obviamente tenemos que dar respuestas, tenemos que mostrarle a la gente cómo se hace todo, volver a infundir esta seguridad que entendemos que hace falta.
MundoNews: - ¿Qué representa que un argentino presida la OIEA?
AS: - Para nosotros es una gran oportunidad. Pero también es una gran oportunidad para mostrar que si llegó un argentino a ese lugar es porque la tradición y el conocimiento que tiene nuestro país es el que da como resultado esto. No es una singularidad sino que es parte de todo un conjunto que ha tenido de tradición de formación de gente en el área. Además de que tenemos al titular de la OIEA también el embajador argentino en Viena (Gustavo Ainchil) va a ser el titular de Nuclear Suppliers Group (Grupo de Proveedores Nucleares) que es el que decide qué objetos y qué materiales tienen que estar regulados porque pueden llegar a tener aplicación nuclear. Eso condiciona muchísimas de las operaciones comerciales internacionales. Entonces, que Argentina sea capaz de liderar nuevamente ese organismo –Grossi lo hizo dos veces antes- y que se lo vuelvan a ofrecer a nuestro país es porque confían en nosotros. Sin ser una de las 20 economías más importantes, estamos en el G20 gracias a la energía nuclear. Ser parte de ese club selecto de países que posee ese conocimiento, nos pone en ese lugar.
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