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Sicilia: Un naufragio millonario que despierta mucho misterio

El super velero Bayesian se hundió frente a las costas italianas y siete personas murieron, entre ellos el magnate dueño del barco que había invitado al resto por su perdón judicial.


Por Gabriel Michi


Un festejo. Mucho lujo. Una aventura. Mucha felicidad. Un paraíso. Todo eso prometía el viaje más esperado por Mike Lynch en el que quería coronar entre brindis y sonrisas su "perdón" judicial, y agasajar a quienes lo habían ayudado en ese derrotero. El magnate británico -conocido como el Bill Gate de ese país- acababa de conseguir zafar de un proceso muy complicado en los tribunales de EE.UU. acusado de una mega estafa. Y por ello invitó a varios amigos y sus familias a navegar por el Mediteráneo en su imponente yate -de 56 metros de largo- Bayerian frente a las costas de Sicilia, Italia. Eran 22 personas a bordo, 10 pasajeros y 12 tripulantes cuando en la madrugada del lunes 19 de agosto una feroz tromba marina dio vuelta a la embarcación en medio de una tormenta. Y en cuestión de minutos ese viaje de placer se convirtió en una tragedia.


El chef Recaldo Thomas fue la primera víctima hallada.

El potente barco se dio vuelta y terminó hundido a 50 metros de profundidad. El saldo fue terrible: sólo 15 personas pudieron ser rescatadas con vida, 11 tripulantes y 4 pasajeros. El chef del Bayerian, Recaldo Thomas (de doble nacionalidad de Canadá y Antigua), fue la primera víctima fatal reportada. Y luego comenzaría una desesperada búsqueda contrarreloj, con buzos y robot subacuáticos, para intentar localizar a los 6 pasajeros que estaban desaparecidos. Con el correr de los días -y hasta el cierre de esta nota- habían logrado rescatar los cuerpos de cinco de ellos: el propio magnate Lynch, el presidente del banco Morgan Stanley International Jonathan Bloomer y su mujer Judy, y el abogado del bufete Clifford Chance, Chris Morvillo y su esposa Neda. Faltaba aún la hija del dueño de la embarcación, Hannah Lynch, de 18 años.


En esa tragedia terminó el festejo organizado por empresario tecnológico Mike Lynch, de 59 años, quien era conocido en su ámbito como el "Bill Gates británico". En 1996 fundó el gigante del software Autonomy y recibió la "Orden del Imperio Británico" por sus servicios a la empresa en 2006. En junio fue absuelto de cargos de fraude en relación con la venta por US$11.000 millones de su empresa a la estadounidense Hewlett Packard. Y eso es lo que celebraba junto a sus amigos.




Los restos de las víctimas fatales fueron trasladados en ambulancias hasta la morgue donde continúa el proceso formal de identificaciones y autopsias. Queda por delante la investigación sobre qué fue lo que ocurrió con la embarcación -cuyo valor es de alrededor de 20 millones de dólares- que se supone está más que preparada para enfrentar las vicisitudes del mal clima ya que puede recorrer todo el mundo. También deben indagar si pudo haber alguna negligencia humana que colaboró con el hundimiento del Bayesian, estaba anclado a unos 200 metros mar adentro en las afueras de Porticello, un pequeño pueblo pesquero al Este de Palermo


Según los meteorólogos, el temporal fue tan intenso que creó trombas o mangas de agua -tornados sobre el mar-, y eso habría desencadenado la tragedia. Hubo relatos de testigos que señalaron que el mástil de aluminio de 72 metros de la embarcación (el segundo más alto del mundo) se partió por la mitad, golpeó parte de la estructura y eso terminó desequilibrando o provocando un daño que volvió al barco y se hundió. Sin embargo, los buzos del equipo de rescate afirmaron que el yate estaba "prácticamente intacto" en el fondo del mar, lo que contradice la idea del mástil quebrado.


Fue fundamental en el rescate de los sobrevivientes la labor heroica de Karsten Borner, capitán de un barco cercano, y su equipo quien había pasado al lado del Bayesian y notó su desaparición en medio de la tormenta. Los supervivientes lanzaron una bengala roja al aire y eso fue clave para que Borner y su tripulación pudieron ubicar el bote salvavidas a la deriva y rescataron a los 15 sobrevivientes, tres que incluso resultaron gravemente heridos.



El rescate de los cuerpos de los desaparecidos fue complejo por la profundidad y por cómo quedó el barco.


Los relatos fueron de terror. Una pasajera británica, Charlotte Golunski, que estaba en el barco hundido narró sus desesperados esfuerzos para retener a su hija de un año, Sofía, para evitar que se ahogara. Y aseguró que las dos (ella y la niña) y su pareja, James, sobrevivieron porque estaban en la cubierta cuando el yate se hundió, pese a que eran cerca de las 5 de la mañana.  Golunski contó que se despertaron por los "truenos, relámpagos y olas que hacían tambalearse a nuestro barco" y sintió lo que describió como "el fin del mundo" antes de ser arrojados al agua. Encima, en un momento el brutal movimiento despegó a su hija de ella: "Durante dos segundos perdí a mi hija en el mar, luego rápidamente la abracé en medio de la furia de las olas. La mantuve a flote con todas mis fuerzas, con los brazos estirados hacia arriba para evitar que se ahogara”.


El rescate de los cuerpos se complicó no sólo por la profundidad en que quedó el barco (50 metros bajo el agua) sino también porque el paso estaba obstruido con muebles y varios objetos, que dificultaba el acceso y alcanzar los cuerpos de los fallecidos. Encima, los buzos cuentan solo con 10 minutos en cada inmersión antes de tener que regresar a la superficie. Por eso también fue importante la utilización de un robot subacuático. Por su parte, la División de Investigación de Accidentes Marítimos de Reino Unido envió un equipo de cuatro investigadores para realizar una evaluación preliminar del hundimiento, más allá de los peritos locales que están intentado indagar qué fue lo que ocurrió con el superyate.





En ese sentido, las investigaciones de la Autoridad Portuaria italiana son coordinadas por el fiscal Ambrogio Cartosio, quien desde el principio mantuvo una estricta confidencialidad sobre la investigación. La investigación está en curso por "naufragio, desastre, homicidio múltiple y lesiones". La hipótesis en la que se centran los investigadores es precisamente la de una supuesta cadena de errores humanos que habría provocado el hundimiento del yate. La orza móvil, parcialmente elevada, podría haber tenido un papel decisivo en la menor estabilidad del casco, junto con unas puertas abiertas que habrían absorbido una gran masa de agua en poco tiempo, favoreciendo el rápido hundimiento del velero. Además de los motores apagados y el fallo del sistema que en estos casos debería sellar las trampillas y accesos al interior.


De esta potencial saga de errores habló el director general del italiano Sea Group, Giovanni Costantino, empresa que adquirió Perini Navi, el fabricante del Bayesian. "Todo lo que se ha hecho revela una gran cantidad de errores. Las personas no deberían haber estado en los camarotes, el barco no debería haber estado anclado. Y entonces, ¿por qué la tripulación no se enteró de la llegada? disturbio? Era todo predecible". Según Costantino, "habría representado un riesgo igual a cero si se hubieran realizado las maniobras correctas y no se hubieran producido situaciones que comprometieran la estabilidad del barco".


La investigación busca esas respuestas. El fiscal Raffaele Cammarano ya interrogó entre el martes por la tarde y ayer al capitán del yate, James Cutfield, y a los demás supervivientes. Según los informes, el capitán de Nueva Zelanda declaró que no había notado la repentina llegada de la tormenta. Pero la lupa judicial sigue sobre él y su rol en ese naufragio millonario, que aún hoy está lleno de dudas, preguntas y misterios.




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