Iair Horn (46) es el primer rehén argentino devuelto por Hamás en este nuevo intercambio. Fue raptado junto a su hermano Eitan, quien permanece cautivo en Gaza. El conmovedor reencuentro con su familia: su padre, sobreviviente de la AMIA, acaba de ser trasplantado.
Por Gabriel Michi

Fueron casi 500 días en el infierno. Un infierno no merecido ni buscado. Un infierno injusto. Un infierno en la Tierra. Y a pocos kilómetros de su propio hogar. Quizás no fueran más de 15 kilómetros los que lo separaran a Iair Horn (46) de su lugar de cautiverio en la Franja de Gaza del kibutz de Nir Oz, de donde los terroristas de Hamás se lo llevaron junto a su hermano Eitan (38) aquel siniestro 7 de octubre de 2023 en que sus milicianos arrasaron con todo. Este sábado 15 de febrero de 2025, cuando habían pasado 498 días de aquel secuestro, Iair se convirtió en el primer argentino en ser liberado en este tramo de intercambio de prisioneros que se inició el 19 de enero por el cese al fuego alcanzado entre Israel y Hamás. Sin embargo, nada se sabe de Eitan, quien permanece en manos de Hamás. Los captores encapuchados mostraron a Iair como si fuera un trofeo de guerra junto a los otros dos liberados del sábado -el ruso israelí Alexander Trufanov (29) y el estadounidense Sagui Dekel Chen (36)- antes de ser entregado a la Cruz Roja para cruzar la frontera y llegar finalmente a territorio israelí. Una vez allí, un enflaquecido Iair pudo darse el tan postergado y ansiado abrazo con sus seres queridos. En un primer momento, con su madre Ruthy y su hermano Amos y luego con el resto de la familia. Más tarde llegó al hospital de Tel Aviv donde está internado su padre, Itzik, quien acaba de recibir un trasplante de riñón. Cada una de esas emocionantes postales eran una película en sí misma, aunque con un sabor agridulce por el padecimiento que atravesaron todos ellos y, sobre todo, por la ausencia de Eitan. Pero pudieron tener, por lo menos, ese momento de felicidad.
Iair es oriundo de Buenos Aires y emigró a Israel en el año 2000. Vivió en el barrio de Villa Crespo en donde estudió en el colegio Scholem. Hincha fanático de Atlanta a tal punto que en las últimas horas circuló un video de una nota que le hicieron totalmente emocionado antes de un partido decisivo de su club.“Desde Atlanta celebramos que Iair pueda reunirse con su familia, al tiempo que deseamos con todas nuestras fuerzas que Eitan pueda tener el mismo destino pronto”, señaló la institución deportiva en un comunicado. En Israel, Iair y Eitan Horn integraron Nofesh, un grupo juvenil de Habonim Dror, donde realizaban actividades culturales y sociales. El primero residía en Nir Oz donde realiza tareas comunitarias y el segundo vivía con su madre en el centro del país.
Los hermanos Horn fueron secuestrados de la casa en Nir Oz -kibutz de donde Hamás raptó a la mitad de loa argentinos- que ocupaba Eitan. Iair había ido ese fin de semana a visitarlo porque era festivo-. En el momento del ataque, el mayor de los hermanos pudo intercambiar algunos mensajes con su madre quien le preguntó cómo estaban y él le respondió: "De diez". Ese fue el último contacto. Después de eso, sólo supieron -a partir del testimonio de otros rehenes que fueron intercambiados en noviembre de 2023- que se habían cruzado con ellos en el traslado al que los sometieron los terroristas aquel 7 de octubre y en algunos de los túneles que serpentean por debajo de Gaza. Pero luego de eso no hubo ningún otro dato. Es decir que los Horn pasaron más de 15 meses sin tener certeza alguna sobre su destino. Iair fue parte de este intercambio -Israel entregó 368 prisioneros- que incluye a 33 rehenes por cuestiones humanitarias ya que tiene algunas complicaciones de salud: padece de diabetes, al igual que su padre, y antes del secuestro habría comenzado un tratamiento con medicación que seguramente no haya podido continuar durante el cautiverio en manos de Hamás.
La liberación de Iair y los otros dos secuestrados ocurrió aparentemente en la ciudad de Jan Yunis en Gaza luego de que los rehenes subieron a un escenario y pronunciaron discursos solicitando la prolongación de la tregua. En ese contexto, a Iair le hicieron sostener un cartel con una clara amenaza: había un reloj de arena con la leyenda "el tiempo se acaba" destinado a Einav Zangauker, una de las portavoces de las familias de los rehenes y madre de Matan, cautivo en Gaza. La amenaza, sin duda, es para presionar al gobierno de Israel -a través del dolor y la desesperación de las familias de las víctimas- para mantener este acuerdo de paz que por momentos pende de un hilo y para avanzar en una segunda etapa.
De completarse la entrega de estos 23 rehenes, quedarían alrededor de 75 secuestrados más, de los que se supone que 35 estarían fallecidos. Por lo que con vida restarían unos 40. Entre los 6 argentinos que faltan ser recuperados -además de Eitan Horn- esta Shiri Silberman Bibas y sus dos pequeños hijos Ariel y Kfir, y los hermanos Ariel y David Cunio (de éste último trascendió que fue visto con vida hace poco). Todos ellos fueron secuestrados del kibutz de Nir Oz, que está pegado a la frontera con la Franja de Gaza.
Bastante antes de conocerse que finalmente Iair iba a volver a casa, la madre de los hermanos, Ruthy Chmiel Strum había asegurado: "Estoy segurísima de que mis hijos están vivos". Tiempo después, cuando supo que en la lista de los que iban a ser devueltos figura el nombre de uno de sus hijos pero no del otro, aseguró: "No es fácil para una madre escuchar esto" y suplicó "traigan a Iair y Eitan a casa". La mujer estaba convencida de que sus hijos estaban juntos en el cautiverio. "Pero ¿qué pasará en el momento en que los separen y les digan que uno va a salir y el otro no? Sé que su fuerza es estar juntos, estar ahí el uno para el otro". Finalmente, sólo liberaron a Iair, y después de abrazarse con él, pidió especialmente poder observar cómo su hijo hacía lo propio con su otro hermano Amón.
Por su parte, el padre, Itzik Horn, un reconocido y respetado periodista, exdirector de varios colegios y sobreviviente del atentado contra la AMIA (1994) se convirtió en una de las voces más activas en la lucha por la liberación de los rehenes, con serias críticas al manejo que el gobierno de Benjamin Netanyahu hizo del tema.
El Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos expresó su preocupación por el destino de Eitan Horn. “Necesitamos traer de vuelta a Eitan para que nuestra familia pueda realmente respirar”, manifestaron en un comunicado. Además, agradecieron a las Fuerzas de Defensa de Israel y enviaron condolencias a las familias de los soldados caídos en la operación de rescate.
Gustavo Rapaporte, íntimo amigo de los hermanos Horn, le contó a C5N la enorme emoción que sentía por la liberación de Iair: "venimos de un día muy intenso y largo, con la alegría de la situación del sábado. Y nos damos vuelta y seguimos con el reclamo tanto por la liberación de Eitan como por el resto de secuestrados". Rapaporte dijo que no se sabe nada de la situación del menor de los hermanos secuestrados y que sólo pudieron hablar con Amós, el tercero de los hermanos. Desconocen si estuvieron separados o juntos durante el último tramo del cautiverio: "sabíamos que en su momento habían estado juntos y que los separaron, pero a hoy no, porque nosotros desde acá, Argentina, no tenemos información nueva sobre Eitan nueva. Hemos hablado con el papá y él estaba realmente desesperado porque la última noticia que habían tenido de ellos fue en noviembre del 2023, cuando liberaron la primera tanda de rehenes en el intercambio. Desde ese momento no sabían nada más. Por eso no sabían si estaban con vida o no, y es tan importante saber a partir de ahora cómo sigue esta historia". El amigo de la familia Horn pudo saber que a pesar de lo delgado que se lo vio, Iair se encotraba biuen de salud, aunque con una pequeña renguera por un problema no muy serio. "Perdió 30 kilos, pero es una persona alta, grande, de complexión grande, y se lo vio muy flaco, pero también entero", explicó. En medio de la buiena noticia por la liberación de Iair, Gustavo Rapaporte no quiso dejar la oportunidad para reclamar por la liberación de Eitan, quien sigue en medio de ese infierno. Ese cruel e injusto infierno.
EL DESGARRADOR TESTIMONIO DE ITZIK HORN CUANDO SECUESTRARON A SUS HIJOS
El autor de esta nota pudo entrevistar a Itzik Horn a los pocos días de que Hamás se llevó a sus hijos Iair e Eitan del kibutz Nir Oz. El reportaje fue realizado en la ciudad de Ashkelón, una ciudad ubicada a pocos kilómetros de la Franja de Gaza- en medio de los cohetes que caían en forma permanente y las sirenas que alertaban que había que ir a buscar un refugio seguro. El prestigioso y respetado periodista y docente, que además es sobreviviente del atentado contra la AMIA, había tenido que abandonar su casa en Sderot (ciudad a sólo un kilómetro de Gaza) ya que esa urbe fue vaciada por el Ejército luego de que ese 7 de octubre los terroristas ingresaran y en sus calles acribillaran a decenas de personas antes de tomar la Central de Policía adonde fueron abatidos después de hora de combate.
En medio de la incertidumbre, Itzik contó: "Nosotros presumimos que están secuestrados. No tenemos ningún tipo de información oficial. El sábado, cuando ingresaron los terroristas, la televisión avisó que entraron al kibutz donde vive el mayor de mis hijos (Iair, porque Eitan estaba sólo de visita), que está pegado al alambrado, a la frontera. No había comunicaciones. Cuando dijeron que el Ejército ya había tomado el control total del kibutz, empecé a llamar y no contestaba, no contestaba, no contestaba. Pero no había comunicación, ni luz, ni Internet. Al día siguiente, insistí en llamar y tampoco contestó".
Ya para ese entoces Itzik tenía una corazonada. Corazonada que hasta ese momento se centraba sólo en uno de sus hijos, ya que él no sabía que el segundo también estaba allí. Entonces llamó al mejor amigo de Iair que le respondió: "no están". Y allí se enteró que Eitan (que vivía en otro kibutz, en Kfar Aza) había ido a pasar el fin de semana a la casa de su hermano. Su interlocutor le señaló: "No los encontramos"...
- ¿Qué quiere decir no los encontramos? - preguntó Itzik
- No, no los encontramos- respondió acongojado el amigo de su hijo.
"Yo entendí muy bien qué quiere decir no los encontramos. Pero uno quería negar lo que te dicen en ese momento. A la tercera vez me cayó la ficha. Me dijeron que habían buscado en el kibutz y no estaban. Entre los cadáveres que habían y pudieron reconocer, no estaban. Escondidos, no estaban. Entonces, empezamos el operativo en los hospitales y tampoco los encontramos. Y dijimos, por descarte, que los raptaron. En las películas que esta banda de asesinos subió a las redes, se ve gente que se las llevan. A los chicos no los vimos, lamentablemente, no los pudimos ver", contaba ese padre desesperado. Hoy, en medio del post operatorio por el trasplante de riñón al que fue sometido, Itzik debe sentir que la vida le dio una nueva oportunidad. Una oportunidad para abrazarse una vez más al amor. Y a su hijo Iair. Y todos para juntar fuerza y seguir reclamando par que pronto Eitan vuelva a casa. Y deje atrás ese infierno tan injusto.
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