Mientras que por horas se cayeron Facebook, Instagram, WhatsApp y TikTok, y hubo dificultades en otras que colapsaron, una ex empleada de las empresas de Mark Zuckerberg denunció prácticas peligrosas de esas compañías. Y, encima, se supo que están a la venta los datos personales de más de 1.500 millones de personas, violando toda la privacidad.
Por Gabriel Michi
El 4 de octubre de 2021 quedará en la Historia. Fue el día en que gran parte del Mundo se sintió a la deriva en medio de un mar de incertidumbres. Desahuciados y perdidos frente a un escenario que remitía para muchos a una postal muy lejana en el tiempo. Y es que la caída de varias de las más importantes redes sociales (WhatsApp, Facebook, Instagram y posteriormente TikTok) representó un desafío insondable para miles de millones de personas que han vuelto esa forma de comunicarse en una parte esencial de su vida cotidiana. "¿Qué hacemos?" fue la pregunta que muchos se hicieron con desesperación. Y otros ironizaron :"¿Qué tal si volvemos a la vida real?". Y, así, a la fuerza, muchos redescubrieron por algunas horas que había vida por fuera de las redes. Algo impensado hasta hace unos años. Sin embargo, ese síndrome de abstinencia quedó expuesto en la desesperación por volcarse a otras redes sociales como Telegram (que ganó unos 50 millones de usuarios en 7 horas) o Twitter en donde se jactaron desde la cuenta oficial con un "Literalmente, bienvenidos todos".
El "apagón" generó una sensación (ficticia) de incomunicación que se tradujo en que 2.500 millones de personas no pudieron utilizar su Facebook, 2.000 millones su WhastApp y 1.500 millones su Instagram. La compañía de Mark Zuckerberg (dueña de las tres plataformas) perdió cerca de 7.000 millones de dólares en su cotización bursátil. A lo que hay que sumar lo que usuarios particulares o empresas que usan esas tecnologías para sus emprendimientos y que vieron interrumpidos sus negocios por casi 7 horas.
Facebook explicó horas después cuál había sido la verdadera razón de la peor caída de su historia. Señaló que se originó en un “cambio de configuración defectuoso” de sus servidores. “Las personas y empresas en el mundo dependen de nosotros para seguir conectadas. Presentamos nuestras disculpas a quienes resultaron afectados”, expuso la compañía en su comunicado.
Una bomba desde las entrañas
Pero no fue la única bomba que explotó en el emporio Facebook. Mientras que la hecatombe de la caída mundial se desarrollaba, crecía el impacto de la denuncia de una mujer, Frances Haugen, ingeniera informática de Iowa de 37 años, que trabajó en la empresa durante un tiempo y que filtró documentos internos a The Wall Street Journal y que ahora puso la cara en el programa más icónico de la TV norteamericana: "60 minutos". Haugen señaló que la compañía era consciente de que Instagram, la popular plataforma donde se impone el reino de la imagen, resultaba "tóxica" para muchas adolescentes y que se sabía que podía empujar los casos de bulimia, anorexia y hasta los suicidios. Pero que, sabiendo que aún sabiendo que era así, no sólo que no lo frenaba sino que hasta lo incentivaba.
La nueva "Garganta Profunda" -como la han dado en llamar en la prensa estadounidense, rememorando el seudónimo del informante del "Caso Watergate"- pudo aportar un enorme abanico de documentos y hasta chats internos, que obligaron a una citación en el propio Capitolio. Allí Haugen pidió a los congresistas que impulsen alguna ley que controlo al gigante de las redes sociales y explicó: "Los líderes de la compañía saben cómo hacer que Facebook e Instagram (propiedad de Facebook) sean más seguros, pero no harán los cambios necesarios porque anteponen sus beneficios astronómicos a la gente"
La ingeniera ingresó en Facebook en 2019 y abandonó la compañía en mayo de 2021, tras desempeñarse en el "Departamento de Integridad Cívica", departamento que fue eliminado tras las elecciones en las que Joe Biden resultó ganador. Tras sus denuncias pidió protección federal.
Entre las explosivas declaraciones que dejó en "60 minutos" figuran:
- “Había constantes conflictos de interés entre lo que es bueno para el público y lo que es bueno para Facebook”.
- “Facebook siempre escogía optimizar su propio interés, ganar más dinero”,
- “Tuve que llevarme suficiente [material] para que nadie pudiera cuestionar que esto es real”.
- “He visto varias redes por dentro (N de R: antes trabajó en Google y Pinterest) y Facebook es sustancialmente peor”.
- “Facebook está lleno de gente buena y consciente. Pero dentro sabes cosas que nadie fuera sabe. Imagina cómo te corroe”,
- “Facebook está forcejeando consigo misma, está escondiendo información. No podemos solucionar problemas solos, sino juntos”
- "No creo que vayan a invertir suficiente para evitar que Facebook sea peligroso. Se han dado cuenta de que si cambian el algoritmo para que sea más seguro, la gente estará menos tiempo en la plataforma, clicará en menos anuncios y ganarán menos dinero”.
- “Facebook escoge beneficios sobre seguridad. Financia sus beneficios con nuestra seguridad”.
- “Tengo mucha empatía por Mark [Zuckerberg]. Nunca emprendió este camino para acabar creando una plataforma de odio, pero ha permitido que se tomen decisiones cuyas consecuencias secundarias son que el contenido de odio llegue a más gente”.
- “Si con lo que he hecho solo he conseguido que la gente odie más a Facebook, entonces habré fracasado. Creo en la verdad y la reconciliación, tenemos que admitir la realidad. El primer paso para ello es la documentación”.
- “Es horrible lo que Facebook hace en otros países. La mayoría de lenguas del mundo no tiene una internet libre y abierta y Facebook ha ido a pagar y subvencionar internet con planes de datos en algunos países con una estructura muy frágil para que usaran la plataforma. Teníamos una broma dentro de la compañía: si quieres saber qué países estarán en crisis dentro de un par de años, mira dónde nos hemos expandido”.
- “El humor negro detrás de la broma es que las tecnologías de la información no son neutrales”.
- “Cada vez que Facebook se expande en una nueva área lingüística, cuesta lo mismo o más crear los sistemas de seguridad que ya tienen el inglés o el francés. Cada lengua cuesta más dinero pero hay menos clientes. Las cuentas no cuadran. Así que si hay 5.000 lenguas en el mundo, Facebook tiene sus sistemas adaptados quizá a 50. En todas las partes en las que no, la desinformación lleva directamente a que muera gente”.
La compañía Facebook respondió a las acusaciones de Haugen a través de un comunicado: “Cada día nuestros equipos deben lograr un equilibrio entre proteger el derecho de miles de millones de personas a expresarse abiertamente y la necesidad de mantener la plataforma como un espacio seguro y positivo. Seguimos haciendo mejoras significativas para frenar la distribución de desinformación y contenido dañino. Sugerir que promovemos el contenido malo sin hacer nada no es verdad”.
Y para colmo, la peor filtración de la Historia
Como si faltara algo más en el peor momento que le tocó enfrentar al gigante de las redes sociales, un importante sitio de ciberseguridad reveló que los datos personales de más de 1.500 millones de usuarios de Facebook fueron puestos a la venta en un foro de hackers. Serían datos precisos y actualizados y representan el 60% de todos los usuarios registrados en el Mundo. Según Privacy Affairs se trataría la peor filtración de datos privados desde la aparición de las redes sociales. Y, si bien coincidió con el día de la caída global de las empresas de Zuckerberg, no tendría relación con el colapso. Según el sitio "constituye una desafortunada coincidencia que lleva a muchos a asumir incorrectamente una conexión entre los dos".
Entre los datos que se filtraron figuran el nombre, correo electrónico, ubicación, sexo, identificación y hasta teléfono de los 1.500 millones de usuarios. Esa información constituye un anzuelo muy tentador tanto para el mundo delictivo en sí como para empresas interesadas en segmentar el público para vender sus productos, incluso si lo que se ofrece son candidatos políticos.
Según los especialistas en seguridad cibernética esos datos fueron obtenidas por los hackers a través de técnicas de 'web scraping' o raspado web, una metodología que sirve para obtener información de sitios web mediante programas de software. Y esos datos son puesto a la venta luego llegando a comercializarse en el pasado a 5.000 dólares por millón de usuario. Sosteniendo ese valor esta gigantesca filtración podría representar un turbio negocio de 7,5 millones de dólares. A costa de la privacidad de miles de millones de personas.
Las bombas en simultáneo que explotaron en torno a Facebook (y sus empresas subsidiarias Instagram y WhatsApp) pusieron en evidencia no sólo la fragilidad del mundo de las redes sociales. También la vulnerabilidad (y dependencia) a las que se enfrentan sus usuarios. Peligros de la era de la virtualidad. En un universo donde toda la Humanidad aparece en jaque.
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