La Justicia confirmó la pena capital contra la millonaria Truong My Lan por la mayor estafa en ese país: más de 12.000 millones de dólares. Para no ser ejecutada con la inyección letal debería pagar 8.000 millones y recibiría perpetua. La implacable política "Horno Ardiente".
Por Gabriel Michi
Ni los millones. Ni el poder. Ni el status. Ni la influencia. Ninguno de de esos privilegios le sirvieron a la multimillonaria vietnamita Truong My Lan para frenar una decisión judicial que la pone al borde de la muerte. Un tribunal superior acaba de confirmar la pena capital contra la magnate por la mayor estafa en la historia de ese país. Lo hizo al rechazar la apelación contra la condena por malversación y soborno en un caso de frauda por más de 12.000 millones de dólares. La mujer ya había sido condenada en abril pasado y ahora el Tribunal Superior Popular de la ciudad de Ho Chi Minh, en el sur del país, determinó que no había motivos para reducir la sentencia de muerte de Lan. La única opción que podría evitar que la multimillonaria sea ejecutada con la inyección letal es que devuelva al Estado dos tercios del dinero reclamado, unos 8.000 millones de dólares y, de esa manera, podría conseguir una cadena perpetua. En un principio se pedía que devuelva unos 27.000 millones de dólares (equiparable al 6% del PBI vietnamita), una suma que, según los fiscales, tal vez nunca se recupere.
Lan era la presidenta del desarrollador inmobiliario Van Thinh Phat Holdings Group, un gigante de los bienes raíces de la nación asiática. Es una de figuras más poderosas de las que fueron encarceladas en la prolongada campaña anticorrupción encarada por el gobierno comunista y que lleva el nombre de "Horno Ardiente". La dureza de la pena tiene que ver por un lado con esas fuertes políticas y leyes estatales, pero también por el presunto daño ocasionado por la multimillonaria. Según la Fiscalía, "las consecuencias que causó Lan no tienen precedentes en la historia de los litigios y la cantidad de dinero malversado es sin precedentes y es irrecuperable. Las acciones de la acusada han afectado muchos aspectos de la sociedad, el mercado financiero y la economía".
Por su parte, el abogado de Lan argumentó que la mujer tenía muchas circunstancias atenuantes, incluyendo "haber admitido su culpabilidad, mostrar remordimiento y devolver parte del dinero malversado", pero los fiscales dijeron que eso era insuficiente. Vale aclarar que la acusada todavía tiene derecho a solicitar una revisión bajo los procedimientos de Casación o nuevo juicio de Vietnam. La millonaria también tiene otra sentencia a cadena perpetua por otro juicio en el que se la condenó por la obtención de propiedades a través de fraudes, lavado de dinero y transferencias ilegales.
Su arresto, ocurrido en 2022, generó una gran conmoción en el país y desencadenó una corrida de depósitos en uno de los bancos privados más grandes del país, Saigon Joint Stock Commercial Bank (SCB), que estaba en el centro del fraude y era en gran parte propiedad de Lan a través de sus representantes. El Banco Central de Vietnam había inyectado en abril 24.000 millones de dólares en "préstamos especiales" al SCB en una operación "sin precedentes". En juicio original relámpago -comenzó el 5 de marzo y terminó el 11 de abril, mucho antes de lo que se estimaba- fueron citadas a declarar unas 2.700 personas, mientras que 10 fiscales estatales y alrededor de 200 abogados estuvieron involucrados. Lo que se dice, un mega juicio, en el que la multimillonaria recibió la pena más dura -que apelará-, mientras que otros de los 84 acusados lograron desde salir en libertad condicional (por recibir sentencias menores a 3 años) hasta cadena perpetua. Pero todos fueron condenados aunque dentro de ese abanico bien diferenciado. Hoy el rechazo a la apelación de la megamillonaria la coloca en una situación muy delicada y al borde del corredor de la muerte.
Truong My Lan comenzó su trayectoria económica como comerciante de cosméticos en el mercado central de la ciudad de Ho Chi Minh (ex Saigón), ayudando a su madre. Ambas provienen de una familia chino-vietnamita. Con los años, más precisamente en 1992, esta empresaria fundó su compañía inmobiliaria Van Thinh Phat. Fue cuando comenzó a comprar tierras y propiedades después de que el Partido Comunista inició un período de reforma económica, conocido como "Doi Moi", en 1986. Así logró, en la década de 1990, constituirse en propietaria de una gran cartera de hoteles y restaurantes. Si bien Vietnam es más conocido por su sector manufacturero de rápido crecimiento, como cadena de suministro alternativa a China, la mayoría de los vietnamitas ricos ganaron dinero desarrollando y especulando en el mercado de las propiedades.
Ahora, junto a sus cómplices, Truong My Lan fue declarada culpable de desviar miles de millones de dólares del Saigon Joint Stock Commercial Bank (SCB), que controlaba efectivamente a través de docenas de representantes a pesar de las reglas que limitaban estrictamente las grandes participaciones en prestamistas. Según los investigadores, desde principios de 2018 hasta octubre de 2022, cuando el Estado rescató a SCB después de una corrida de sus depósitos provocada por el arresto de Lan, ella se apropió de grandes sumas mediante la concesión de préstamos ilegales a empresas fantasmas.
Eso agrava aún más la situación de la empresaria porque también implica un daño al Estado. De hecho, en los argumentos de la acusación se señaló: "Las acciones de la acusada no sólo violan los derechos de gestión de propiedad de individuos y organizaciones, sino que también ponen a SCB bajo escrutinio, erosionando la confianza de la gente en el liderazgo del Partido y del Estado".
La empresaria también fue declarada culpable de haber sobornado a funcionarios para persuadir a las autoridades de que miraran hacia otro lado frente a las irregularidades y en esa mecánica se incluyó el pago de 5,2 millones de dólares a un inspector de alto rango del Banco Central, Do Thi Nhan, quien fue sentenciado a cadena perpetua. Pero la peor parte de este "Horno Ardiente", se la llevó esta mujer a la que ni los miles de millones de dólares de su riqueza pudieron salvar. Al contrario, es esa fortuna la que parece haberla llevado a su peor pesadilla. A su condena letal. Ni más, ni menos.